La ruptura dada sobre el papel entre PP y Vox no se ha traducido en una ruptura real si atendemos a las votaciones en Cortes, actuando ahora Vox como un apoyo externo que salva a los populares en las votaciones.
Esta semana las Cortes autonómicas han retomado sus sesiones plenarias, tras haber reiniciado la semana pasada la actividad en las comisiones parlamentarias. En este aspecto, la gran duda que se planteaba con el reinicio de la actividad parlamentaria autonómica era cuál iba a ser la forma de actuar entre PP y Vox tras un verano en el que se rompió por sorpresa el pacto de gobierno de Castilla y León entre ambas formaciones, decidido desde Madrid por la dirección nacional de Vox.
Sin embargo, no parece que la ruptura entre PP y Vox haya ido, al menos por ahora, más allá de la salida del gobierno de la Junta de los consejeros designados por Vox y su sustitución por consejeros del PP, a excepción, claro está, del incombustible Gonzalo Santonja, que ha pasado de ser designado por Vox a mantenerse en el cargo al amparo del PP, bajo cuyo cobijo ya estuvo largos años, cuando dirigió por designación popular el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, con sede en Burgos.
En todo caso, la ruptura que se dio sobre el papel entre populares y Vox no se ha traducido en una ruptura real si atendemos a las votaciones, más allá de una votación en el pleno en que cuestiones técnicas relativas a la legalidad habrían hecho divergir el sentido del voto de ambas formaciones, caso de una Proposición No de Ley planteada por Vox, en que desde el PP les recordaron que las modificaciones planteadas debían hacerse mediante una Ley, no a través de una Proposición No de Ley.
No obstante, más allá de esa cuestión técnica que marcó un sentido del voto distinto en ese caso concreto, lo cierto es que en el resto de cuestiones PP y Vox han ido de la mano, votando en bloque ya fuese a favor o en contra del resto de proposiciones que llegaron al pleno de la cámara.
Por otro lado, no sorprende que en el último pleno de las Cortes autonómicas PP y Vox hayan ido por lo general de la mano, por más que García-Gallardo quisiese trasladar imagen de oposición dura en su pregunta a Mañueco en el pleno del martes. Y digo que no sorprende porque, si atendemos a las votaciones habidas la semana anterior en las comisiones de las Cortes, PP y Vox siguieron actuando como un bloque a la hora de emitir el voto en un sentido o en otro.
Y es que, a la hora de la verdad, más allá de las apariencias, parece que los hechos muestran que PP y Vox realmente no han roto salvo en la teoría, sino que siguen yendo de la mano, aunque ya no haya consejeros de Vox en el gobierno de la Junta, actuando ahora Vox como un apoyo externo al PP que salva a los populares en las votaciones, sin que pueda evidenciarse en ellas la falta de mayoría de los populares en las Cortes.
Un hecho que en algún que otro caso ha supuesto un disgusto a Vox, como ocurrió la semana pasada en la Proposición No de Ley que planteó Unión del Pueblo Leonés (UPL) para la reforma de la estación de autobuses de Zamora en la Comisión de Movilidad. Una iniciativa que fue rechazada por PP y Vox, lo que molestó en Zamora, llevando a Vox a excusar su voto en contra de la petición de UPL acusando a estos poco menos que de comunistas porque el ayuntamiento zamorano (de IU) no está haciendo el mantenimiento adecuado en la estación, aunque sea una cuestión diferente al de la reforma integral que planteaban los leonesistas.
En todo caso, vistas estas posibles fricciones que pueden darse por votaciones que puedan resultar incómodas a quien está fuera del gobierno, habrá que ver cómo van transcurriendo los próximos meses y, en este aspecto, si PP y Vox siguen actuando como un bloque en casi todas las votaciones o si, por el contrario, se resquebraja esta unidad de acción, especialmente de cara a la votación de los Presupuestos de 2025, cuyo rechazo pondría en bandeja a Mañueco apretar el botón de la repetición electoral antes de la fecha prevista de febrero de 2026.