Tres cuartos de entrada para arropar al salmantino Marco Pérez y compartir con Ponce una emotiva despedida junto al adiós de Hermoso de Mendoza
Dos adiós y un bienvenido. Dos leyendas que se van y uno que viene con licencia para soñar. Y soñaron con él todos los que hoy acudieron a La Glorieta que selló casi tres cuartos para ver a un Pablo Hermoso de Mendoza que se despidió de Salamanca con una cariñosa ovación tras sellar 40 tardes en el coso charro; a un Ponce firme que se entregó de pleno al quinto para arrancarle las dos orejas a un bravo ejemplar de Capea y un Marco Pérez soberbio por su tremenda capacidad, impecable colocación, irreprochable valor y su concepto puro que sólo se empañó su tarde el mal uso de la espada en sus dos actuaciones.
Se esperaba mucho del salmantino. Mucho pañuelo blanco en los tendidos de su peña taurina, probablemente una de las más numerosas de Salamanca. Y la afición respondió. Ambientazo en la segunda de abono. ¡Qué bonito es soñar! Hay motivos.
El patio de cuadrillas era un hervidero. Todos querían la foto. Muchos jóvenes hacían cola, y muchas caras conocidas. Guillermo Hermoso de Mendoza llegó arropando a su padre y para ambos los primeros focos. Llegó con Ponce el matador de toros Javier Conde. Fermín Bohórquez entró con Justo Hernández, ganadero de Garcigrande. Fotos también con los dos sobresalientes salmantinos: Miguel Ángel Sánchez y Héctor Roberto. Llegó Marco Pérez y con él la revolución. Rostro serio, firme, pero sin perder la sonrisa para la foto.
Muchos empresarios salmantinos se vieron por allí. Godofredo García, presidente de Limcasa junto a su hijo Diego García, presidente de CEOE-CEPYME Salamanca. También entró Antonio Rollán padre, fundador de Autoescuelas El Pilar junto a Chabela de la Torre o Jorge Carlos Moro, presidente de la Asociación de Hostelería de Salamanca, entre otros.
Minutos antes del arranque del festejo seguían largas colas para entrar. Orgullo charro. Quiso arropar la cita el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y el alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo. También estuvieron los concejales del Ayuntamiento Fernando Carabias y María de la Vega Villar. Repetió en La Glorieta Gonzalo Santonja, consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta. También se vio a la alcaldesa de Castellanos de Moriscos, Victoria Manjón, el diputado de Turismo y alcalde de Villanueva del Conde, Francisco Javier García Hidalgo o el alcalde de La Vellés, Javier Marcos, junto con Fernando Martín, director del colegio San Agustín.
Volvió a su plaza la novillera Raquel Martín, que compartió la tarde con el cocinero salmantino Fran Vicente y el ganadero Luis Palla. En el tendido 1 el médico y empresario Cucho Valverde junto a su familia o José Luis Valencia en el tendido 6. La sensación al salir fue agridulce. Un capítulo de la historia del toreo se firmó en Salamanca con Ponce a hombros y la plaza rendida a sus pies y un Marco Pérez triste, cabizbajo al cierre por el ansia de triunfo que no llegó. Cuestión de tiempo, llegará.
FOTOS: MANUEL MARTÍN