Hasta 25 actores de todas las edades con un guion abierto y que se desarrollaba en la Plaza con un montaje dinámico
Hasta 25 pequeños actores dieron vida este lunes en Yecla de Yeltes al popular cuento de El flautista de Hamelin, representación que llevan ensayando varios meses y a la que se han ido sumando actores haciendo de esta obra un teatro vivo.
Si el año pasado representaron La cenicienta que no quería comer perdices, una obra que reivindicaba el empoderamiento de la mujer dando otra visión al cuento clásico; en esta ocasión se trataba de la adaptación de otro clásico. El flautista de Hamelin cobraba vida en la Plaza de Yecla de Yeltes pero con tres fondos distintos que hacían lucir la iglesia de Yecla, el ayuntamiento y el Museo dedicado al castro celta. Por ello, la obra cobraba un carácter dinámico, pues los espectadores tenían que dirigir su atención a distintos puntos de interés. Cada acto estaba ambientado con un fondo diferente.
Los ensayos de la obra comenzaban hace más de dos meses con la participación de seis o siete niños del pueblo, a cuyo elenco se han sumando hasta 25 actores más que llegan en agosto. De este modo la obra ha ido creciendo y se ha ido adaptando cada día de acuerdo a las nuevas incorporaciones, aumentan los diálogos y sus papeles. No hay un argumento fijo y estático que los actores deben aprender, este va cambiando y adaptándose a las edades de cada uno de los actores que se han ido incorporando cada semana.
En la obra participan buena parte de de los niños y niñas que en este momento se encuentran en el pueblo, por lo que el teatro se convierte aquí en una forma de dar vida al pueblo y de apoyo a las generaciones futuras. Esta era, sin duda, una ocasión especial para visitar y disfrutar de Yecla de Yeltes y de las actividades organizadas por la Asociación Cultural La Muralla.