Las causas más importantes por las que un niño acaba en el trabajo infantil son: la grave situación de pobreza de las familias, que obliga a los niños a tener que trabajar para poder subsistir y tener cubiertas las necesidades básicas; niños que debido a los conflictos armados acaban solos y tienen que buscar un trabajo para poder sobrevivir; la falta de acceso a la educación que vulnera su derecho de recibir una formación y poder desarrollar mejores oportunidades de futuro, y también poder relacionarse con otros niños y llevar una vida normal como los demás sin ser explotados como mano de obra barata.
Andrea Jiménez Blanco
Defensora de los derechos humanos
Según la Organización Internacional del Trabajo, el trabajo infantil es «toda aquella actividad o trabajo que priva a los niños de su infancia, su potencial y dignidad y es perjudicial para su desarrollo físico y psicológico». La cifra total de niños en todo el mundo que lo sufren es muy preocupante, ya que se trata de 160 millones según la OIT y UNICEF, cifra que ha ido aumentando desde 2016, y alrededor de la mitad de ellos se ven sometidos a la degradación de la pornografía, la esclavitud o la trata. Es también muy preocupante que una gran parte realiza trabajos peligrosos y sin condiciones de seguridad, por lo que se pone en riesgo su vida continuamente. Otro factor inquietante es que estas obligaciones laborales les impiden ir a la escuela: no acaban su formación o compaginan su educación con el trabajo. Los niños tienen edades comprendidas entre los cinco y los diecisiete años. Además, la zona donde más prevalece es en África subsahariana y los sectores más destacados son el agrícola y el industrial.
Las causas más importantes por las que un niño acaba en el trabajo infantil son: la grave situación de pobreza de las familias, que obliga a los niños a tener que trabajar para poder subsistir y tener cubiertas las necesidades básicas; niños que debido a los conflictos armados acaban solos y tienen que buscar un trabajo para poder sobrevivir; la falta de acceso a la educación que vulnera su derecho de recibir una formación y poder desarrollar mejores oportunidades de futuro, y también poder relacionarse con otros niños y llevar una vida normal como los demás sin ser explotados como mano de obra barata.
El trabajo infantil provoca en los niños graves consecuencias que afectan en el plano emocional y en su desarrollo físico. Esas consecuencias son el desarrollo de enfermedades crónicas, cortes o quemaduras debido al empleo de material pesado o peligroso, desnutrición, etc. Y en cuanto a las consecuencias psicológicas pueden desarrollar altos niveles de estrés, baja autoestima y un sentimiento de desesperanza ante el futuro.
Una región muy afectada del África subsahariana es la República Democrática del Congo, debido a los enfrentamientos étnicos sufridos en la zona. Debido a ello muchas personas huyen hasta la ciudad de Kalemie, donde los niños se ven obligados a trabajar. La situación de muchos de estos niños es que tienen que abandonar la escuela para transportar sacos de arena con los que van a ganar alrededor de treinta céntimos por cada 25kg. Unas condiciones pésimas y con un sueldo ínfimo que van a tener unas consecuencias terribles sobre el cuerpo de estos niños por tener que llevar sacos tan pesados.
La erradicación del trabajo infantil forma parte de los diecisiete objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 de la ONU. Dentro del objetivo 8 sobre el trabajo decente y el desarrollo económico, se encuentra el objetivo 8.7 que es el de eliminar las peores formas de trabajo infantil y para 2025 acabar con toda forma de trabajo infantil.
Desde nuestra posición como consumidores es importante tener en cuenta que muchos de los productos que consumimos usan mano de obra infantil, por tanto, debemos intentar ser muy cautos a la hora de comprar y, dentro de lo posible, no consumir productos que hayan sido producidos por niños/as a los que han explotado. De esta manera, reduciremos la demanda de esos artículos y como consecuencia también la necesidad de emplear mano de obra infantil. También es importante denunciar estas prácticas para así crear conciencia sobre ello.
Pero sobre todo es muy importante que desde los gobiernos y las empresas se lleve un mayor control sobre las materias primas que emplean en sus productos, para que no se hayan obtenido a través de la mano de obra infantil, y desde los Estados priorizar la protección de los niños y sus derechos a través de la prohibición del trabajo infantil y de mejorar las condiciones de las familias más desfavorecidas para que no tengan que recurrir a que los niños trabajen.
Es destacable la labor que se lleva a cabo desde diferentes organizaciones como UNICEF, Save the Children o la ONG Educo, que denuncian continuamente la situación de todos estos niños y luchan por erradicar el trabajo infantil. Desde Misiones Salesianas y de otras congregaciones y confesiones trabajan también activamente por otorgar una vida mejor a los niños. Se centran en devolverles la oportunidad de ir a la escuela y así adquirir los conocimientos necesarios para poder desarrollar una vida digna y dentro de lo que cabe más normal y más propia de la infancia.