OPINIóN
Actualizado 06/07/2024 09:19:54
Julio Fernández

Hace unos días, los “barones” territoriales del PP, junto a Feijóo, se reunieron en Salamanca para, con la excusa de plantear una prueba común para el examen de acceso a la universidad (Evau o Ebau) en las comunidades autónomas donde gobiernan, criticar con dureza y con palabras gruesas al gobierno de España, obsesionados, cada vez más, con un Pedro Sánchez, al que no saben como “echarlo”, ya que democráticamente aún no han podido. Lo curioso es que cuando convocan jornadas así, nunca se les ve en grupos de trabajo debatiendo propuestas y sometiéndolas a votación, democráticamente, sino que vienen para hacerse la foto, convocar a los medios de comunicación, proferir insultos contra los adversarios y falsear la realidad. Los jefes hablan y el resto, como sumisos obedientes, se someten a los dictados de aquéllos. Puro postureo, teatro, complicidad con los medios de comunicación afines, que celebrarán sus propuestas sin objetar nada. En Salamanca sabemos muy bien lo que es eso.

Por cierto, la propuesta de evaluación común realizada por el PP para las comunidades en las que gobiernan, ha sido criticada duramente por la Conferencia de Rectores y Rectoras de las Universidades Españolas (CRUE), puesto que “cualquier modificación en la prueba de Bachillerato de acceso a la universidad debe hacerse desde un enfoque colaborativo con todas las administraciones implicadas y contando, por supuesto, con la experiencia de los vicerrectorados y de los técnicos que gestionan estas pruebas dentro de las universidades”. Por tanto, lo que pretende el PP, con Feijóo y Ayuso a la cabeza, es puro humo, electoralismo barato. Aunque, insisto, lo hacen con la complicidad de sectores mediáticos afines, deseosos de “echar y como sea” al presidente del gobierno.

Lo cual, resulta paradójico, porque, en una ciudad y provincia que cuenta con un elevado número de personas mayores, de jubilados y pensionistas, que una presidenta, como Ayuso, venga a dar lecciones de gestión y de democracia -cuando su gobierno abandonó a su suerte a 7.291 ancianos impidiendo que fueran trasladados de las residencias a los hospitales durante la pandemia- es un insulto al sentido común y a la decencia y un ataque a la dignidad de los salmantinos de quienes llevan gobernando ininterrumpidamente desde hace casi cuatro décadas (periodo en el que nuestra comunidad y provincia se han despoblado de forma alarmante, el tejido productivo no se ha regenerado y los jóvenes no cuentan con expectativas laborales, tienen que seguir emigrando) se paseen por la ciudad como los “reyes del mambo”. Estoy convencido de que si durante estos años en los que se ha incrementado como nunca en España el Salario Mínimo Interprofesional y las pensiones (subidas aprobadas por Decretos Leyes no apoyados por los conservadores y ultraconservadores de PP y VOX), en los que ha descendido el paro a niveles jamás conocidos, alcanzándose los 21,4 millones de empleados y en los que el Producto Interior Bruto es el que más crece de la Unión Europea, estuviera gobernando la derecha, sus aduladores mediáticos y las plumas que en ellos escriben nos meterían hasta el la sopa que España va, no muy bien, sino excepcionalmente bien y, lógicamente, lo atribuirían a los políticas de los gobernantes conservadores y no al puro azar o a que los datos no son reales y los manipula el gobierno, como siguen diciendo machaconamente.

También se critica, sistemáticamente, que no se haya restablecido alguna línea de tren entre Salamanca y Madrid, suprimidas en la pandemia (una reivindicación muy legítima, por cierto y hay que seguir demandando no sólo eso sino la implantación de alguna frecuencia más), pero nada se dice que con un abono de 20 euros puedes viajar de Salamanca a Madrid y de Madrid a Salamanca infinidad de veces, cuando estos mismo viajes realizados por compañías privadas o en vehículo particular son infinitamente más caros. Recordemos a los aduladores mediáticos de los políticos conservadores que no han sido éstos los que han fijado estas tarifas tan económicas para los ciudadanos.

Se cuestiona toda la gestión del gobierno central, pero nada se dice de la escasez de médicos que está provocando que se cierren consultorios locales en muchos pueblos de la provincia de Salamanca. Precisamente en la época estival, que es cuando más poblados están nuestros pequeños municipios. Y dejemos claro que la sanidad es una competencia asumida por la Junta de Castilla y León hace varias décadas. ¡Qué tristeza y qué desolación!

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