Nunca hemos buscado donaciones en la Casa Escuela Santiago Uno. Yo he pensado que deberíamos tener la habilidad para financiar los proyectos ecosociales a través de la administración o la responsabilidad social de grandes empresas.
Este año sin embargo hemos tenido alguna donación de varias buenas personas. Me da vértigo que depositen en nosotros la confianza. Siempre hemos sido trasparentes en la gestión del dinero.
Gracias a estas personas podemos becar niñas y niños aquí en Salamanca y también en Marruecos.
Si empezamos por Marruecos hemos podido colaborar para que en una familia muy pobre de cuatro hermanas estudien dos. Una ya es maestra y otra está estudiando derecho. Ahora cuando bajamos los dos meses de verano colaboran con nosotros y tienen un sueldo de novecientos euros durante estos dos meses. Es lo que cobra un maestro durante todo el año.
Estos dos meses creemos que protegemos mejor a nuestras niñas y niños allí. Cambiamos un poco de cultura y liberan sus mentes de distintas adicciones. Sacan su mejor versión y les sale ayudar a niños con más pobreza material. Ven a familias generosas que se quieren en la pobreza y comparten. Aportamos sanidad básica y formación profesional. Ahora con energía sin fronteras podemos proporcionar además de educación agua. Construimos una cancha deportiva, dispensario médico, comedor, hacemos animación sociocultural, etc. Mejoramos casa privadas, en el diecinueve construimos una casa por tres mil euros, de treinta y seis metros cuadrados de dignidad para Hadiya, Josín y Abderragín. Esperamos poder pagar sus estudios y que no tengan que coger una patera.
Para los de aquí, muchas veces cuando acaban una medida judicial tendrían que volver al mismo barrio de los problemas y volver a dejar de estudiar, por eso necesitamos becar a chicas y chicos que quieren cambiar de vida.
Por eso en nombre de las niñas y niños beneficiados os doy las gracias. Me gustaría que conocierais a quiénes se han beneficiado de vuestro esfuerzo y que os conocieran porque seguro tendríais palabras de aliento para ellos, además de comprender situaciones de las que no fueron responsables.
Cuando la política desanima, cuando flaquean las fuerzas, cuando hay un atisbo de ganas de rendirse, de dejar de luchar, surgen personas como vosotros que alimentan el compromiso.
Buscarnos por la Casa Escuela Santiago Uno, por la fundación Mil Caminos y por pequeños poblados de Sidi Ifni.