Son dos meses de vacaciones escolares para nuestros alumnos. Pero aquí también somos diferentes. Al igual que los fines de semana tenemos programa para educarnos para la vida. Por la mañana estudio y talleres. Por la tarde deporte, excursiones, montar a caballo, circo…
Esto mismo haremos los dos meses que estemos en Marruecos recuperando otra escuela, haciendo otra cancha. Teniendo en marcha durante el verano un campo de trabajo con dispensario médico, comedor, escuela de formación profesional y escuela de animación de tiempo libre.
Los que se quedan aquí mantienen jardines, aves, abejas, quesería, ovejas, olivos, viñas,...
Unos y otros tendremos momentos de playa, de descanso, en Marruecos de motos de agua o quads, parques acuáticos u oasis,…
El sentido de la vida en crear vicios sanos, en generar situaciones de aprendizaje. Hacemos inmersión en otra cultura para afrontar nuestros miedos e inquietudes y aprender cómo gente más pobre se busca la vida y cuida a la familia.
¿Dónde es más fácil cuidar a la familia?.
Al igual que los chicos de Santiago Uno, mis hijas han bajado a Marruecos a realizar un proyecto de cooperación muchos años y la pequeña vuelve a bajar este. Ahora en sus profesiones de médico o psicólogas les da bajo mi punto de vista una especial sensibilidad social y conocimiento.
Buscamos espacios para sacar nuestra mejor versión. Las vacaciones son oportunidades de seguir creciendo y explorar nuevos talentos. No nos esforzamos en un gimnasio sólo por la apariencia o la operación bikini.
Nuestros chicos trabajando por mejorar la vida de otros niños, mejoran la suya dejando al lado consumos para evadirse, o robos para conseguir lo que no tienen y según las redes deberían tener.
Hoy releíamos los escritos colectivos de muchachos del pueblo. Pierino es el niño de papá que le dan todo sin esfuerzo y Giani es el niño de pueblo que se esfuerza de pequeño para ayudar a los padres a sacar la familia adelante. Estos últimos se encuentra ahora en esos pueblos de Marruecos. Los pierinos hablan mucho pero sin tener experiencias radicales, son ciegos, no ven el global del mundo. Los Giani son mudos pero saben lo que cuesta construirse una vida. Conviene darle la palabra a los últimos y que los primeros aprendan.
Estos espacios son bibliotecas humanas, escuchar, colaborar, aprender.