En mi época, el fútbol era un juego de 11 contra 11, sin cambios, siendo las alineaciones de los equipos muy estáticas y repetitivas; y de fácil recordatorio. Yo jugué algunas veces en esta alineación de la UDS., que se recordará fácilmente: Miguel; Pedraza, Huerta, Fernando; Manolín, Pollo; Calero, Salazar, Octavio, Lozano y Tapia. Una alineación que, lamentablemente, ya no viven con nosotros cinco de ellos. Y que en Tercera División jugaron un fútbol por encima de la categoría. Tanto en la época de Luis Diestro (1965/66) como con Pepe Hériz, al año siguiente (1966/67).
También, los de mi época, se acordarán de una alineación “ficticia” que la repetíamos frecuentemente, en plan “risas”, aprovechándonos de la cacofonía o del doble sentido del nombre de los jugadores: “Tere; Ponte, Braga, Verde; Bueno, Manolín; Murillo, Pinto, Losco, Jones, Del Sol”. Hagan memoria y la recordarán… Si no, se la aprendan ahora mismo.
De un artículo del periodista Javier Gómez Matallanas, firmado en 19 de febrero de 2009 en ElPaís, he tomado unas notas que reproduzco, los nombres de muchos jugadores nos sugerían equipos muy curiosos: “Santamaría, Santa Elena, Cristo, Iglesias, Santos, Ángel, Fraile, Cisma, San Juan, Santa Isabel, Sacristán, Dos Santos, Baptista, Abadía, Jesús, Santiago, Campanal, Moisés y Santana. Con sus campos correspondientes: San Mamés y el Arcángel”.
Pero recordemos también esta tanda de nombres: “Rufete, Popov, Milito, Nené, Makelele, Pochettino, Gago, Sisí, Nero, Golitón, Genereo, Vavá, Momo, Miku, Mino, o Tamudo. Sin olvidarnos de aquellos futbolistas con títulos nobiliarios y militares: Conde, Duque, Hidalgo, César, Caballero, Marco Aurelio, Arnau, Franco, Custer y Soldado”.
Los oficios también tuvieron su representación: “Baquero, Barkero, Ovejero,Cabrero, Caminero, Panadero, Casquero, Granero, Tortolero, Zapater, Ferrer, Barber, Escudé, Calderé y Fusté…” También, con otras connotaciones, podemos repasar los nombres de futbolistas como: “Secretario, Urbano, Notario y Jurado”. Por supuesto, con cromáticas apariciones, tuvimos figuras futbolísticas que dieron amplio colorido: “Blanco,Blanquito, Rojo, Violeta, Verde, Amarillo, Amarilla, Dorado, Marrón,Moreno, Castaño y Rubi”
Por supuesto, también se podían hacer juego de palabras con los “Coco, Kiko, Queco, Caco, Coque, Cocú y Kaká”, más los que aportaban apellidos o apelativos femeninos como: “Lola, Reina, Elvira, Candi, Lapetra y Tere”. Así como también aparecieron futbolistas monumentales como los “Castillo, Molinos, Fuertes, Cortijo, Iglesias, Barrios, Torres, Villa, Casas, Corrales y Casillas.” Apuntando aquellos otros con presencia en el callejero: “Calle, Calleja, Callejo y Callejón”.
En la lista de animales podíamos repetir a los: “Conejo, Ratón, León, Águila, Cordero, Vacas, Canario y Gavilán”. No omitamos a la gente con nombre de árboles, plantas y flores: “Cerezo, Manzano, Olivera, Parra, Castañer, Castaño, Ramos, Flores, Silvestre, Robles, Olmo o Del Pino…” También encontramos accidentes geográficos entre los futbolistas: “Montes, Senderos, Del Bosque, Mata, Ríos, De la Fuente, De la Peña, Prados, Fuentes, Pineda y Salinas”.
Por supuesto disponemos de apelativos cariñosos y diminutivos como: “Pepín, Manolín, Marianín, Titín, Pachín, Falín, Vicentín, Crispín, Piquín, Juanín, Fermín y Sorín”. Incorporando calificativos como “Verdugo, Leal, Casado, Savio, Galán, Pulido, Marcial, Cortés, Calvo, Maduro, Bizcocho o Casto”.
En la época actual podría ser un buen juego futbolístico para que los niños hicieran memoria y se pusieran creativos por sí solos, sin ayuda de tablets, ordenadores ni de teléfonos móviles, creando grupos de futbolistas con nombres evocadores. Y las personas mayores tendrían un buen ejercicio para huir del temido “Alzheimer”.