Alejandra del Barrio Luna ha recuperado el esplendor de esta imagen tallada en madera de pino a finales del siglo XIX o principios del XX
La escultura de Santa Lucía, perteneciente a la Cofradía del mismo nombre, luce ya en su máximo esplendor en la iglesia de San Pedro Apóstol de Alba de Tormes tras la restauración que ha transformado su imagen en los últimos meses.
Una restauración que ha sido posible gracias a la colaboración de 700 cofrades y empresas que han puesto su granito de arena en las iniciativas de la cofradía. Destaca la publicación de 300 revistas, una comida benéfica de los cofrades y la comercialización de imanes y llaveros.
En el acto intervinieron Emilio Vicente, párroco de Alba de Tormes, Francisco Gómez, presidente de la cofradía y Alejandra del Barrio Luna, restauradora y conservadora. La restauradora agradeció a la Cofradía y a todos los interesados en la conservación en culto de Santa Lucía en Alba de Tormes “el interés en el cuidado y respeto de la escultura en sus mejores condiciones para su preservación”.
Alejandra ha sido la encargada de los dos procesos claves para recuperar la obra: su restauración y su conservación. La restauración para devolver la obra a su estado artístico con la eliminación de los repintes y capas de barniz oxidadas, la reintegración de los dedos y mechón perdido, el estucado de los desgastes y de lagunas de aparejo y reintegración cromática con trama lineal de rigatino.
A nivel de conservación el primer tratamiento ha sido la desinsectación. En el traslado de la obra se observaron restos de serrín en la base de la escultura.
Como medida preventiva y curativa se ha inyectado con jeringuilla agujero por agujero para atacar el biodeterioro con un biocida de amplio espectro y un embolsado posterior con anoxia de la zona tratada. Este tratamiento se ha realizado en dos ocasiones ( al inicio y al final de la intervención) con período de actuación del primero de un mes con dos ciclos y el segundo de 7 días como prevención.
La conservación curativa de la obra ha supuesto el planteamiento de dotar al uso devocional de los medios necesarios para evitar alteraciones con las que llegó la obra al taller por la colocación de los atributos y de las vestimentas. Por eso se ha diseñado unos medios auxiliares, en aluminio desmontables y con protección de tejido no tejido, que consisten en un pollero de cuerpo total, un brazalete que tenga una estructura para la bandeja y otro con un anillo que sostenga la palma de forma óptima.
La escultura de Santa Lucía de la Cofradía del mismo nombre de Alba de Tormes es un bulto redondo de candelero de finales del siglo XIX o principios del siglo XX. Posee ojos de cristal de casquete esférico colocados por mascarilla.
Tallada en madera de pino, fue policromada con dos técnicas, en las zonas visibles, rostro, manos y pies, con pulimento al óleo y en las cubiertas por las vestimentas con un temple magro de sulfato de calcio y azul ultramar.
La talla se realizó en un bloque para el cuerpo al que se añadieron con espigas de metal los brazos, antebrazos y las dos piernas. Posee además como atributos una palma de plata y una bandeja con dos ojos en relación con su iconografía.