Pues ya está aquí la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), desde el día 1 de este mes según el Ayuntamiento. Una figura respecto a la cual sigue siendo escéptico, no la considero muy adecuada para una ciudad como la nuestra. Desde 1989 con la Rúa Mayor y 5 años después con las calles Toro, Zamora y Compañía-Bordadores, asistimos a un imparable proceso de peatonalización. Es de suponer, si tenemos presente el todavía “en vigor” avejentado Plan de Movilidad, que alcanzará en breve la practica totalidad de calles dentro de la denominada Ronda Interior. Su utilidad respecto a la situación previa resulta, cuando menos, bastante discutible.
Según el Real Decreto, la ZBE pretende “contribuir a mejorar la calidad del aire y mitigar el cambio climático, resultando en una mejora de la salud de la ciudadanía y la calidad de vida urbana, impulsando una movilidad más sostenible e inclusiva con menor impacto en la calidad del medio ambiente sonoro, fomentando la movilidad activa y la recuperación del espacio público y promoviendo la mejora de la seguridad vial y la pacificación del tráfico.” Similar al salmantino Plan de Movilidad. Aunque contiene normas genéricas, es cada Entidad Local concernida la encargada de regularla. En Salamanca los vehículos contaminantes en realidad no se prohíben hasta 2029.
Tras la repavimentación de la Calle de Varillas, se adelantó desde el cruce con la Calle Consuelo hasta el de la Gran Vía la señal de Zona Peatonal.
Nuestros munícipes gobernantes han aprobado una Ordenanza específica, publicada en el Boletín el 6 de este mes. Curiosamente se establece la entrada en vigor tras la publicación y transcurridos quince días hábiles, cuando a renglón seguido se dice que hay normas en vigor desde el día 1. También parecen funcionar ya las cámaras. Después del tiempo transcurrido para conformarla, y haberlo hecho tarde, no ha sido posible publicarla correctamente. Claro que ya hubo algún año donde se publicaron impuestos, tasas y precios públicos días después de entrar supuestamente en vigor.
En breve tiempo han sustituido la anterior señal por la de Zona de Bajas Emisiones, ¿es lo mismo?
La Ordenanza intenta atar todo lo relacionado con el tráfico de vehículos con limitaciones y dos tipos de Autorizaciones, pero en ningún momento se establece su equivalencia con una Zona Peatonal, tampoco en el Real Decreto. Figura ésta definida y normalizada en la Ley de Tráfico y su Reglamento, más clara para quienes pretendan acceder a la ZBE, en especial a la restrictiva Zona 1. Es de suponer obligación de los empadronados locales aprenderse la Ordenanza, quizás incluso los 100.000 viajes diarios vinculados al entorno más inmediato. Pero, ¿y el resto de la provincia, y del mundo mundial?
En este caso la entrada a la ZBE y a la zona peatonal no es la misma, al fondo se mantiene (al menos de momento) la señal de Zona Peatonal. Diría que indican cosas diferentes.
Teniendo presente las ideas imperantes respeto a la movilidad urbana en nuestro principal mercado turístico, Madrid, no es descartable la aparición de conflictos. Como asimismo con extranjeros, circulando con cara de despiste por peatonalizadas calles con cierta frecuencia. Para algunos un navegador está por encima de las normas, e incluso de las leyes físicas de la naturaleza. Coincide el momento de esta puesta en marcha con cierta agitación en la accidentalidad y el conocimiento, sin Memoria todavía al igual que la de 2022, de datos de 2023. Hablan de repunte general, e incremento de atropellos, a pesar de medidas de seguridad como reducir la velocidad máxima en las calles.
Estoy seguro que existe alguna posibilidad de reforzar la información en los accesos a zonas peatonalizadas, quizás manteniendo también la señalización de zona peatonal o algún tipo de panel complementario recordándolo. Sólo con la señal de Zona de Bajas Emisiones tengo la impresión de rebajar, en realidad, la protección peatonal donde supuestamente tienen prioridad, cuestionando así “la movilidad activa y la recuperación del espacio público”. Según el dicho “más vale prevenir que curar”, algo arduo de entender por estas tierras.