Las dos bandas de aquel primer Galinrock fueron"Ultratumba", de Alba de Tormes y Garcihernández, y "Los del Puente Romano" de Salamanca.
David Corral, 8 de junio de 2024
Hace unos días, trasteando por las redes sociales, encuentroun cartel que me resulta familiar y que anuncia la segunda edición del “Galinrock” para el próximo 6 de julio de 2024 en Galinduste. Ante ello y consultando la hemeroteca, rápidamente me doy cuenta que algo no cuadra en el número de ediciones de dicho festival. Desempolvando un viejo cartel anunciador del primer concierto de esta guisa, me doy cuenta que la primera edición se celebró en julio de 1999 y por lo que parece ya nadie recuerda. Entonces, haciendo justicia a quienes inventaron el primer Galinrock, la de este año debería ser la tercera edición. Y digo hacer justicia, porque la organización de aquella primera edición costó sudor y esfuerzo,teniendo en cuenta que llevar a Galinduste a dos bandas de las consideradas ruidosas y de lenguaje afilado era toda una odisea, sobre todo para el ambiente rural y conservador de la época.
Las dos bandas de aquel primer Galinrock fueron"Ultratumba", de Alba de Tormes y Garcihernández, y "Los del Puente Romano" de Salamanca.
He de decir, que desde siempre y desde sus comienzos, mantengo un estrecho vínculo y amistad con los chicos de Ultratumba, con quienes he compartido muchas vivencias, tardes de ensayo e incluso algún que otro bolo subido al escenario.Recuerdo un año antes de aquel Galinrock, después de un concierto en Villoria, una peña de treintañeros insultó y agredió a uno de los miembros del grupo por el simple hecho de llevar el pelo largo. Por ello, nos personamos ante la Guardia Civil para denunciar lo sucedido, completamente perplejos nos quedamos, cuando fueron los mismos guardias quienes nos obligaron a abandonar el pueblo para evitar mayores problemas. Seguramente, en el Galinrock de ahora estas cosas ya no pasan. Al igual que estar anunciados en el programa de fiestas y acabar tocando sobre un remolque agrícola, como sucedió en Garcihernández, después de retrasar la actuación hasta el final de la verbena y esperar hasta que la orquesta recogiera sus instrumentos y equipos antes de cedernos el escenario. En todo ese tiempo en la plaza no quedó ni un alma. El alcalde, para justificar la mala gestión, se ofreció a dejarnos su remolque, que tuvimos que ir a buscar a las eras y a empujones llevarlo junto a una toma de corriente al lado de la churrería, más que nada, porque era donde se concentraba la única gente que sobrevivía en la noche.
Por cierto, había más gente comiendo churros que viendo la actuación. Pues con estas y otras, así pasaron muchos fines de semana, tocando donde se podía y no donde se quería, a veces por bares y a cambio de unas cervezas gratis en la barra.
Con todo este esfuerzo y luchando contra críticas e impedimentos, se logró poner en marcha aquella primera edición del Galinrock en julio de 1999. Gracias sobre todo a la ayuda de un vecino de Galinduste, dueño de uno de los bares del pueblo, que apostó por el concierto cuando nadie más lo hizo, resultando ser un éxito sin precedentes. Todo ello para que ahora, 25 años después, se anuncie la segunda edición del Galinrock, cuando en realidad debería ser la tercera. Aunque nadie los recuerde, aquellos chicos que no tocaban canciones de amor ni de ritmos convencionales que a voces reivindicaban una sociedad más justa ganaron la batalla y pudieron subir al escenario del primer Galinrock.
A pesar del paso del tiempo, Ultratumba sigue en activo, casi con la misma formación que en aquel primer Galinrock. Contradictoriamente, hoy día, cuando se habla de aquellos años y de la forma de entender aquella música, parece que todo el mundo fue heavy, punk, metalero… y que todos ahora entienden y vivieron aquella movida cuando en realidad no hacían más que entorpecerla y criticarla.
En definitiva, una lástima que aquella primera edición haya quedado en el olvido con todo lo que significó para algunos de nosotros. Valga este artículo para el recuerdo de una época entrañable que algunos tuvimos la suerte de vivir.