Ciertos grupos de personas, con afinidades de diversa naturaleza, hablan entre ellos con una determinada forma expresiva, que no tienen que ser precisamente con lenguaje técnico, más bien se interrelacionan en “argot”, con “frases hechas”, “ideas metafóricas”, etcétera. Y las palabras usadas se traducen de una manera específica no entendible por todos los que escuchan la conversación.
Cada gremio o sector llega a utilizar su propia jerga. En el fútbol en concreto, las ideas se multiplican. Por ejemplo, un pase realizado “con efecto” hacia un determinado destino, algunos dicen: “Hacer un plátano”. En argentina y países latinos americanos a esos pases los denominan “de chanfle”, o lo que es lo mismo, patear el balón con borde interno, empeine total o “trivela”, para que la pelota describa una “rosca” o “comba”.
Otras veces, un centro largo es aconsejado para que “la pelota tarde en caer”; o en una acción defensiva todos entienden cuando alguien aconseja contundentemente: “Que baje con nieve”. Pocos de los que hayan jugado al fútbol entenderán la palabra: ¡Rómpela!; o sea, defensa fuerte de la pelota, alejándola del sitio donde está. Igual que el parecido concepto de “Romper” es un acto de “desmarcarse”, o de alejar el esférico de una zona peligrosa, etcétera.
¡”Ponle cuerpo, ponle cuerpo!”, los entrenadores expresan así cuando quieren que su jugador proteja la pelota ante el acoso de un jugador contrario; otras veces, utilizará el “¡Dale salida”!, cuando se desea que el balón no se retenga y debiera buscar otras zonas del juego, cuando lo normal fuera expresar que “¡Pasa rápido la pelota!”. Cuando la jugada avanza y un jugador desmarca hacia el fondo del campo, a su vez recibe la pelota, la controla y conduce lejos del contrario. Los compañeros solamente le indican: “¡De memoria!”, lo que invita a que el poseedor tan solo tendrá que centrar sin necesidad de que mire a los compañeros, intuyendo las trayectorias, padra que la pelota llegue a los que están cerca del marco de la portería.
Mal asunto cuando “El portero sale a por uvas”, lo que significa que falla estrepitosamente, o lo que es lo mismo, el cancerbero “cantó” cuando nadie lo preveía, o sea, no fue capaz de neutralizar o despejar el balón. En otras ocasiones, los porteros suelen despejar “de uña”, o sea, dar al balón con la puntera, clarísimamente con el dedo gordo. También, otras veces, en el “plongeon” dibujado hacia el balón para parar o despejarlo, tropiezas con algún jugador contrario “haciéndole un bocadillo” en el muslo (o haciéndoselo él mismo), es decir golpeas el cuádriceps fuertemente contra el hueso, siendo un golpe inhabilitador para el que lo sufre. Difícilmente superable el dolor producido.
Por supuesto, en el fútbol se siguen haciendo “túneles”, “caños”, “sotanas”, pasando el balón entre las piernas abiertas del contrario (Que todo es lo mismo y así se les puede decir) ; también los equipos pueden jugar “aparcando el autobús” frente a su portería, creyendo que es la mejor táctica posible. Aunque otros, dicen, se cuelgan del larguero “haciendo el murciélago”. Y cuesta analizar un reglamento de fútbol, o un manual, donde no encontramos la definición de una “tijereta”; una “rabona”; una “elástica”; o figuras de estas parecidas características. Os invito a consultar mi libro “Futbolandia: Ensoñaciones, realidades y virguerías del fútbol”, precisamente describo allí más de treinta virguerías que se practican en el fútbol. Pero cuando quise escribir sobre ellas encontré muy pocos antecedentes y hubo que ingeniárselas para precisar las acciones.
En fin, hagan Vds., mismos un ejercicio de inventariar expresiones que no comprenden del fútbol. Y más adelante podríamos dedicarnos a explicarlas, habría que dedicar otros capítulos para aquellos que se creen saberlo todo…