El pasado miércoles como todos los años vamos desde Salamanca en excursión con dos autobuses a las Arribes de Sayago. Estamos en la zona de Zamora. El objetivo es fundamentalmente botánico. Llevamos alumnos de grados básicos, medios y superior de la rama de jardinería y forestal.
En el camino admiramos la subida de agua en la presa de Almendra. Parecía que no volveríamos a verlo. Espero que no les de a las energéticas, por volver a producir electricidad en picos de precios, sin escrúpulos, como ya pasó dejando los embalses en mínimos. Vimos el nido de halcón colgado a doscientos metros en la bóveda de la presa.
En la casa del Parque de Fermoselle se hace un buen resumen costumbrista más que científico. Se habla de oficios de Sayago de sus cortinas y cortinos de piedra, de sus chibiteros y de lo que ha supuesto el encajonamiento del Duero desde los movimientos Hercínicos.
El jardín es una maravilla y un ejemplo de xerojardinería, es decir, un jardín con plantas autóctonas, reproducción de terrazas y de una fuente con sus engañaniños incluida, el género Lemna o lenteja de agua.
Luego fuimos a la ermita del Castillo en Fariza. Hasta el mirador pudimos ver sesenta especies de plantas. La riqueza botánica es enorme. A nivel de árboles encina, almendros, alcornoques en Fornillos, cornicabra, olivos, enebros, robles,quejigos. En arbustos el cantueso, torvisco, tomillos, escobas, piornos, jaras, … En herbáceas todo un mundo estipa o barceo, thapsia o cañileja, hinojo, dedalera, lágrimas de la Virgen o briza, amor del hortelano, linarias, altramuces, gamones, acederas, gordolobos, esparrageras, cicuta, …
Con los prismáticos pudimos divisar mientras comíamos buitres leonados y el alimoche, además de localizar nido de águila real. También es zona de especial protección de las aves. La última parada fue en Villadepera. Allí fui por primera vez a la escuela con mis padres. Uno de los compañeros de clase lleva el bar del pueblo. Centro social por excelencia en nuestros pueblos.
Bajamos hasta el puente y hasta el río buscando un riesgo asumible para una cierta aventura y fotografiar la Aristolochia, en decocción se pueden tratar heridas infectadas y en el antiguo Egipto la utilizaban para tratar picaduras de serpientes venenosas.
Después del baño de los valientes unos refrescos en el pueblo y regreso.
Está comprobado que la pérdida de estos minifundios y la agricultura tradicional disminuye la biodiversidad al contrario de lo que algunos puedan pensar.