La belleza del Arte Religioso adquiere una gran dimensión en la villa ducal y teresiana
La iglesia de San Juan de la Cruz incrementó hace pocos meses su patrimonio artístico con una veintena de pinturas y esculturas de gran calidad, desde los siglos XV al XVIII. En la capilla de esta misma iglesia se pueden contemplar siete obras de variada temática que van también desde el siglo XIII hasta el siglo XVIII.
Estas piezas artísticas procedentes de la colección Linares, han sido depositadas en el templo carmelitano y están expuestas a la contemplación de turistas y peregrinos: ?Talla Niño Gótico Siglo XV, Talla San Sebastián S. XVI, Talla San Juan Nepomuceno S. XVIII, Talla de la Virgen Flamenca S. XV., Talla Virgen con Niño románica S. XIII, Jesucristo Crucificado S. XVI y Bodegón Alexander Coosemans (Pintor Flamenco). S. XVII.
Por otra parte, en la Basílica del Sepulcro de Santa Teresa de Jesús puede verse un crucificado de la escuela granadina del siglo XVII, donado a la Orden por su propietario. Esta bella pieza artística de Escuela Granadina, ha formado parte de la exposición Artis Momentum.
En la misma Basílica se puede ver, en la entrada de la misma, un óleo sobre lienzo con la escena de la Anunciación, titular de la fundación teresiana albense, en este caso del pintor Matías Arteaga, de la Escuela Sevillana del siglo XVII. Este valioso cuadro ha sido cedido por sus propietarios en depósito.
En la exposición sobre mujeres ilustres, “De Claris Mulieribus”, en el capítulo dedicado a la Virgen María, se ha incorporado una valiosa escultura de la Purísima, del afamado escultor de la Escuela Granadina del siglo XVII Alonso Cano.
En el convento de San Juan de la Cruz, en las salas de exposición permanente “Entremos más adentro”, se puede contemplar la obra del Greco: “Éxtasis de San Francisco de Asís”.
Este magnífico óleo sobre lienzo permanecerá en depósito permanente por decisión de sus propietarios. Aparece relacionado con santa Teresa de Jesús, quien mostró gran devoción a San Francisco de Asís, porque sus almas eran gemelas. Hay una cita preciosa en la cual la Santa sintoniza con el alma arrebatada del juglar de Dios: “Da Nuestro Señor al alma algunas veces unos júbilos y oración extraña, que no sabe entender qué es… Es harto, estando con este ímpetu de alegría, que calle y pueda disimular. Esto debía sentir San Francisco, cuando le toparon los ladrones, que andaba por el campo dando voces, y les dijo que era pregonero del gran Rey.” (M 6).