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CULTURA
Actualizado 29/05/2024 20:41:00
Charo Alonso

Este caballero con el pelo como una pelota de tenis pasada por la hierba de Winblendon, o por cualquier descampado tras la lluvia, no es cualquiera. Doctor es, de ahí la bata y el fonendo, pero bajo su nombre de guerra “DoctorX” se oculta uno de los únicos participantes en la Silk Road o “Amazon de las drogas” que no acabó en chirona por gentileza de los Estados Unidos. Médico de Familia, experto mundial en Drogodependencias y asesor al más alto nivel, Fernando Caudevilla es el héroe de este nuevo artefacto libresco, sorprendente y subversivo de José Ángel Mañas, el novelista que no nos da respiro tras su increíble trilogía histórica y de un tal Jordi Ledesma, una de las voces más interesantes del actual género negro. A estos tres caballeros les une el deseo de contar una historia trepidante que revuelca al lector por los suelos y que llega de la mano de Mañas al delicioso espacio de encuentros de la Librería Santos Ochoa.

Charo Alonso: Llegas a Salamanca después de habernos traído hace poco una magnífica novela histórica con todas las convenciones del género, y lo haces con un libro “híbrido” y un personaje que aparentemente no tiene nada que ver con la Reina Berenguela ¿Cómo pasas del licenciado en historia Mañas, que se documenta entre legajos, al Mañas de la ciudad, de la actualidad, de la barra del bar, territorio Kronen?

José Ángel Mañas: Muy buena pregunta. Cuando arranqué con mis novelas históricas la gente me preguntaba lo mismo solo que en el sentido contrario, y a todos les decía que para mí eran dos registros –el histórico y el realista- complementarios. Tanto en uno como en otro, lo que procuro es descifrar la realidad en la que vivo, solo que a veces la miro de frente y a veces la miro por el retrovisor, por decirlo así.

Ch.A.: DoctorX no es una novela, es un documental absoluto donde los auténticos protagonistas sois Mañas&Ledesma y vuestra peripecia a la hora de escribir esta historia.

J.A.M.: Bueno, DoctorX era un tipo con un universo tan singular que una novela sobre él no podía ser una novela anodina. Teníamos que sorprendernos a nosotros mismos y a los lectores, y se nos ocurrió que meternos como personajes, incluir a Mañas y Ledesma podía ser divertido, y además, permitir reflexiones sobre DoctorX que, en ausencia de ellos hubiese sido más difícil.

Ch.A.: Habrá gente que no entienda nada de nada al leer Doctor X, por cierto, tuve que buscar lo que era la MDMA. Es todo como de otra galaxia, cosa que también afirmas que te pasó cuando oías hablar de la Red Profunda, los criptomercados, los bitcoins… en fin, los tiempos están cambiando y ahora los del trapicheo se esconden en una Silk Road, imagen muy hermosa.

J.A.M.: Jaja. Como bien dices, a nosotros también nos pareció lo mismo al principio. Es un universo paralelo, el de la Red Profunda, en el que han ido sucediendo muchas cosas y entre otras, la aparición de estos criptomercados, de estos Amazon de las drogas, que cambiaron las reglas del juego. Todo lo que sucedió en torno a la Silk Road (estoy de acuerdo que es un nombre hermoso) tuvo tal repercusión internacional que merecía la pena explicarlo. En términos culturales, la Silk Road, con sus pros y sus contras, no dejó de ser el primer esfuerzo de regulación del mercado de drogas ilegales. Era algo fascinante y que merecía la pena ser explicado a los lectores españoles.

Ch.A.: Fíjate que yo no creo que sea una novela, o testimonio, o biografía del doctor Fernando Caudevilla, sino un trabajo sobre la libertad y la sociedad en la que nos movemos ¿Estás de acuerdo?

J.A.M.: Sí. Fernando Caudevilla (DoctorX) es un ídolo de la Red Profunda y de ese mundo libertario tan peculiar que ha producido personajes tan importantes ya históricos como Julian Assange, Edward Snowdon o el propio Ross Ulbricht (creador de Silk Road y encarcelado con una pena de dos cadenas perpetuas y cuarenta años). Queríamos que el lector tuviera una idea del universo intelectual en el que irrumpe y triunfa el personaje de DoctorX.

Ch.A.: En una ocasión dices “Era difícil aclarar qué era cierto y qué no”. ¿Qué hay de ficción en este libro sorprendente?

J.A.M.: Algunas partes delicadas ha correspondido, por seguridad, recrearlas con algo de bruma ficcional. Es lo bueno de la novela. Siendo prácticamente todo real, hay pequeñas modificaciones que se han hecho en algunos casos para proteger la identidad de ciertos personajes, igual que también hemos cambiado la calle en la que se encontraba el cajero de bitcoins donde ubicamos una de las escenas, por ejemplo. Pero, con contados ejemplos, es casi todo verdad.

Ch.A.: Me ha encantado el capítulo XIV donde relatas cómo escribís, al alimón, Ledesma y tú, e incluso el retrato que haces de ti mismo empinando copas tiene algo de caricatura. En esta historia cruda también hay un crudo relato de este duro trabajo de documentación

J.A.M.: Está claro. Digamos que ya que obligábamos a DoctorX a jugar duro y a desnudarse delante del lector, también teníamos que respetar los códigos que nosotros mismos habíamos creado. Era lógico mojarnos igualmente.

Ch.A.: Ver las drogas como un ejercicio de libertad, consumo responsable y recreativo que no afecta a las vidas de los usuarios es un poco extraño ¿No? ¿Dónde queda el engañar para conseguir dinero o el hecho de depender de una sustancia? Es el punto, para mí, flaco del antiprohicionismo.

J.A.M.: Hombre, no es más extraño que el consumo responsable y recreativo del alcohol, que todos entendemos. Cuando alguien se pasa de rosca con la bebida, no le echamos la culpa a la sustancia sino al individuo o al contexto. La legalización de cualquier droga, además, siempre puede combinarse con una política preventiva como se hace tanto con el alcohol como con el tabaco. Dicho esto, es todo un debate que se impone cada vez más, y ahí están los ejemplos de Portugal y Alemania para comprobar que está en el aire.

Ch.A.: No desvelo el final, pero me parece que estás muy fascinado con este personaje del DoctorX.

J.A.M.: ¡Es nuestro protagonista! Y es un ídolo del antiprohibicionismo y uno de los tipos más peculiares con los que me he encontrado. Sobran razones para ensalzar su figura. Si no, no le habríamos dedicado una novela.

Ch.A.: ¿Vais a definir lo que es una “novela documental”? ¿No sería mejor una vuelta al Nuevo Periodismo? En este libro os habéis convertido en entrevistadores, documentalistas, hasta en personajes… sois unos secundarios de lujo.

J.A.M.: “Novela documental” es un concepto que le gustaba mucho a Jordi Ledesma. Yo prefiero la referencia al Nuevo Periodismo, ya que la haces. En todo caso, lo que hemos pretendido es recrear la realidad con las herramientas propias de la novela, de tal manera que el lector pueda disfrutar con la faceta divulgativa del texto, pero teniendo el mismo deleite que con la ficción.

Ch.A.: ¿Vivimos un poco en la inopia los que poco nos hemos parado a pensar en la guerra que hay entre prohibicionistas y antiprohibicionistas?

J.A.M.: A lo mejor un poco. Pero es un debate muy complejo, que toca universos diversos como la sanidad, la legalidad, el arte o la filosofía. Es normal que muchos no estemos al tanto. Pero al mismo tiempo hay que saber que las drogas, en su sentido más amplio, están en el centro de nuestra existencia. Nacemos, vivimos y morimos con ellas. Dedicarles un poco de reflexión parece normal. Y la idea con la novela es familiarizar al lector con algunos de los principales argumentos del debate.

Ch.A.: ¿Contento con este mix de biografía, documental, novela y desesperación por atrapar al personaje? Por cierto, buena la idea de poner fotografías al final, porque uno puede imaginar que el doctor es un producto de vuestra mente calenturienta.

J.A.M.: ¡Sí!, muy contento. Las fotos eran un elemento crucial para dar a entender que, aunque hayamos escrito una novela, ni DoctorX ni ninguno de los personajes que lo rodean son ficción. El apéndice del propio DoctorX también fue algo que se pactó desde el principio. Es un poco como cuando al final de una biopic se ven las fotos de los personajes de verdad. Era muy importante. Fue el regalo que nos hizo Fernando.

Ch.A.: ¿Te han quedado ganas de seguir escribiendo con Ledesma o no?

J.A.M.: Por supuesto. Jordi y yo nos entendemos muy bien y es seguro que, en cuanto encontremos un buen tema, propongamos una nueva obra al alimón.

Ch.A.: Oye, ya que estamos, pásame el contacto de Fernando Caudevilla, tengo ganas de que sea mi médico de familia…

Fotografías: Asís Ayerbe

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