La contundente victoria del PSC el pasado domingo en las elecciones autonómicas catalanas, ha sentado muy mal a Feijóo y resto de los miembros del PP, que, una vez más, no saben reconocer los éxitos electorales de sus adversarios. Han demostrado que el odio a Pedro Sánchez, por un lado y su ciega ambición de poder, por otro, les nubla el cerebro y les ciega la razón, porque Feijóo –que cada día exterioriza con más fuerza que lleva una piel de cordero para ocultar su auténtica personalidad- ha desautorizado a su líder en Cataluña (Alejandro Fernández) que nada más terminar el escrutinio de los comicios catalanes dijo que el “procés había muerto”. Feijóo se apresuró a decir todo lo contrario que “el procés no había muerto porque el Sanchismo lo necesitaba vivo para subsistir en la Moncloa”. ¿Pero cómo se puede atesorar tanto resentimiento, tanto odio y tanta inquina contra un presidente porque le esté ganando claramente la partida?
Con estas declaraciones, el PP se ratifica en su argumentario perpetuo: ni ETA ha terminado, ni el procés ha sido vencido. Feijóo sabe, en el fondo, que todo esto, que es una excelente noticia para la convivencia pacífica de todos los españoles, perjudica seriamente al PP electoralmente y eso no lo pueden permitir. Por desgracia, el PP tiene más expectativas electorales cuando los jirones de la convivencia se encuentran más deteriorados y, por ello, lo que realmente buscan es una sistemática desestabilización y engañar a la ciudadanía, diciéndoles que con ellos desaparecerán todos los problemas.
Pero no sólo se quedan ahí las bravuconadas de una derecha cada vez más cavernaria, porque Miguel Tellado, portavoz del PP en el Congreso, ha vuelto a escupir rabia incontenida al seguir insistiendo que el PSOE ha pactado para gobernar con los herederos de una banda terrorista. ¡Qué indignidad!
Por otro lado, sabemos que la economía española está creciendo cuatro veces más que la media europea, que el empleo se está incrementando como nunca lo había hecho antes, batiendo cifras record en el número de personas trabajando, que cotizan a la Seguridad Social y son la mejor garantía para el mantenimiento de las pensiones, a la vez que baja la inflación y se mantiene el poder adquisitivo de los salarios. Desde Bruselas, las autoridades europeas afirman que la economía española crecerá mucho más que la media europea; fija el crecimiento en el 2,1 % del PIB. Además, el déficit público mejora sustancialmente, baja al 3 % en este año y el 2,3 en 2025.
Y ante ello, ¿cuáles son los argumentos de la derecha y la ultraderecha? Sacar el terrorismo, el independentismo, los inmigrantes y un patriotismo caduco y atrabiliario como medios infames para derribar al gobierno y los insultos y descalificaciones, como formas desesperadas para atacar al gobierno. Cuando en España, afortunadamente, ni existe ETA, ni los inmigrantes están asociados sistemáticamente a la inseguridad ciudadana ni el independentismo, después de las elecciones catalanas, es un problema para la convivencia.
Feijóo considera un plebiscito las elecciones europeas. Sin embargo, en las elecciones al Parlamento Europeo es cuando más abstención hay en las confrontaciones electorales de nuestro país. Esto es lo que exterioriza, porque la realidad es bien diferente. Fijóo es consciente de que sus expectativas electorales se han ido desinflando poco a poco, fundamentalmente a partir de las elecciones vascas y catalanas y sabe que para mantener el pulso, el único cartucho que le queda es “tomar la calle”. Estoy seguro que por muchas manifestaciones que convoquen y hagan.