El yacimiento arqueológico del Cerro de San Vicente siempre me ha parecido un territorio especial. Poder ver, casi palpar, el humilde origen de la muy noble y leal, muy caritativa, muy hospitalaria, muy culta, docta y sabia ciudad no suele ser habitual, y eso le confiere ese carácter tan sugestivo. Todavía recuerdo el entusiasmo de la era de las Escuelas Taller cuando se empezó a sacar la luz. Fuera del puente romano y su toro, la antigua ciudad sólo es memoria histórica. Pero hoy podemos vislumbrar cómo fue nuestro origen casi tres milenios atrás. Echo de menos más atención, más promoción del sitio, asimismo magnifico mirador, y de lo que nos puede enseñar.
Imagen del Plan Director. A la izquierda, el cuadrado superior es la zona excavada hace años, debajo una nueva actuación.
Hace años hubo un plan, ganador de un concurso municipal, para ordenar en el espacio y en el tiempo el sitio, del cual apenas se supo. Tras el Plan Director de 2017 se intervino en las laderas, cuyo resultado contentó a unos y disgusto a otros, aunque es indudable la mejoraría respecto al abandono anterior. También había intervenciones previstas en la plataforma superior. E incluso incorporaba una propuesta de difusión, “El parque Arqueológico del Cerro de San Vicente se entiende como un organismo dinámico.” Proponiendo un “Plan de difusión, información y actividades” cuya existencia desconozco. Sigue siendo un lugar difícil de visitar, sobre todo a quien viene de fuera.
Espacio excavado en el Cerro de San Vicente, protegido de la intemperie.
Trasteando hace unos días, recordé unas fotos de un par de yacimientos arqueológicos que me llamaron la atención en su momento. En ambos, y no creo sean los únicos, se incorpora alguna recreación de cabañas ayudando a la comprensión del poblado. Y de paso se facilita la posibilidad de realizar actividades donde recordar la vida del momento. En Salamanca no parece haberse considerado esta posibilidad. Aunque si ni siquiera está abierto al público salvo en fechas señaladas y con cita previa, para qué se van a esforzar más. Tampoco se sabe del Plan de difusión.
Yacimiento arqueológico municipal del Castro de Vigo. Al fondo tres cabañas reconstruidas como soporte pedagógico.
El casco antiguo, coincidente con el recinto medieval, es muy amplio. No obstante sólo una porción de él, cada vez más edificios casi aislados, realmente tiene rastro de antigüedad. Patrimonio de la Humanidad esta declarado apenas un tercio, y no incluye el venerable Cerro de San Vicente. Pero turísticamente hablando es todavía más pequeño, concentrándose en exceso en el eje Plaza Mayor-Catedrales. Aunque no defiendo el fomento del turismo masivo, que tantos problemas genera a pesar de estar lejos de anegar Salamanca, hallo evidente la necesidad de ir más allá.
Yacimiento del Freillo en el Raso, término de la abulense Candeleda. Reconstrucción de un par de cabañas.
El desdeñado plan premiado pretendió convertir al Cerro en el Museo de historia de la ciudad. Tenemos la necesidad de cuidar nuestra exposición de un largo pasado, probablemente desconocido para la mayoría. A pesar de la vieja docencia universitaria sobre la Prehistoria, profesores notables y años de excavaciones, tampoco tenemos un digno espacio expositivo de Arqueología. Ya propuse resolver estas carencias aprovechando el paulatino abandono de conventos. Y en el Cerro de San Vicente sigue existiendo un solar, con restos de cimientos del convento, perfectamente aprovechables. Todo será tener ganas, quizás sumar terrazas seguro ayudaría mucho.