El incendio se declaró en una vivienda de planta baja, logrando que no se extendiese a más inmuebles
La Fuente de San Esteban se vio sobresaltada a la hora de comer del jueves por un incendio que pudo haber tenido gravísimas consecuencias sino llegar a ser por el jefe de la Demarcación de la Guardia Civil de La Fuente, el sargento 1º Luis Miguel Benito, a quién el Ayuntamiento de la localidad ya le ha dado las gracias públicamente a través de las redes sociales por su actuación.
El incendio se desató minutos antes de las 15.00 horas (la primera llamada de emergencia se realizó a las 14.51 horas) en una vivienda de planta baja situada en la calle Zorrilla del municipio. Aunque se encontraba fuera de servicio este jueves, Luis Miguel Benito acudió al lugar del suceso nada más enterarse del mismo, de paisano, encargándose desde ese momento de coordinar la actuación de todos los que hasta allí se acercaron.
Según señalan desde el propio Ayuntamiento de La Fuente, “Luis Miguel Benito se jugó la vida para evitar que las llamas se extendiesen a las viviendas cercanas”, que están habitadas. La actuación de las personas que se movilizaron espontáneamente, junto con los Bomberos desplazados, hicieron que las llamas se acabasen controlando con cierta prontitud, sin que hubiese que lamentar daños personales.
Desde el Consistorio de La Fuente resaltan que la coordinación ciudadana ha sido “ejemplar” a la hora de afrontar este incendio que “ha podido tener dantescas consecuencias”, de ahí que le den especialmente las gracias a Luis Miguel Benito, “pues con gente como él siempre es más segura la vida y hechos como el de hoy lo engrandecen aún más como Guardia Civil y persona”. Se da la casualidad de que precisamente el sábado 11 la Guardia Civil celebrará en La Fuente sus 180 años de andadura.
Hay que apuntar que durante la tarde del jueves hubo otro incendio en la comarca de Ciudad Rodrigo, en esta ocasión en una leñera en Saelices el Chico, hasta donde se tuvieron que desplazar sobre las 18.00 horas dos dotaciones de Bomberos desde Miróbriga para acabar con las llamas, que por fortuna no dejaron daños personales.