Persigo de tu nombre esa fama
que cantan las criaturas a tu paso
aquí por el poema que escribes
enfrente de mis ojos cuando leo.
La forma del amor no la conozco
en nada que no sea lo humilde
sencillo impoluto redondeado
que quepa en un sí sin condiciones.
Tu luz en mi vigilia mi penumbra
la vuelve llevadera y pacífica
al paso de las horas de la noche.
Espero tu llamado en mi puerta
que diga con tu nombre mi reclamo
de ir a tu morada en mi pecho.