La mayoría de las encuestas muestran que, de haber elecciones hoy día, las ganaría holgadamente el Partido Popular y que, junto a un Vox menguante, llegaría a obtener mayoría absoluta.
Sin embargo, haría mal el PP si echase las campanas al vuelo, pues el horizonte de unas elecciones generales está aún lejano. Antes de ellas están otras elecciones sobre las que también hay encuestas.
Tenemos los comicios vascos, en los que triunfe el PNV o lo haga Bildu, el Partido Socialista quedará en un modesto tercer lugar, pero que le sonará a victoria, ya que podrá ser el socio minoritario de Gobierno en una coalición con uno u otro partido soberanista. Además, para satisfacción propia, el PP sería una fuerza irrelevante en ese territorio.
A ese optimismo coyuntural del PSOE contribuirían las elecciones catalanas, donde las encuestas —siempre las encuestas— dan un triunfo al PSC a costa de la desunión de las fuerzas independentistas. La victoria socialista en estos comicios podría ser engañosa, pues podría ponerles en un Gobierno en minoría o dejarlo en manos de una improbable colación de partidos separatistas o, incluso, tener que repetir las elecciones.
Np hay que olvidar, además, que el PSC es nacionalista, al menos en sus cuadros dirigentes, antes incluso que el gobierno de Pasqual Maragall, por lo que su pírrico éxito no lo sería de las tesis constitucionales. Los votantes partidarios de la unidad de España votarán en gran parte a los socialistas por desengaño con otros partidos .constitucionalistas. Recordemos, si no, lo que pasó con el triunfo de Inés Arrimadas y Ciudadanos, quienes no supieron capitalizar la victoria electoral y dejaron huérfanos a lo que no creían en el independentismo. Eso no obsta, sino todo lo contrario, a que el voto al PSC no sea utilizado en contra de los intereses de sus votantes.
O sea, que haría mal el PP, residual en Euskadi y Cataluña, en echarse en brazos de la euforia por los resultados de unas hipotéticas e improbables elecciones generales, cuando el PSOE va a recibir oxígeno, aunque sea a cuenta gotas, de las elecciones parciales que se avecinan.