La vida en ocasiones se resume en la búsqueda
del punto de equilibrio de las cosas
que pasan por el mundo con sus horas
contadas en el curso de la vida.
El ritmo en los sucesos no lo dota
el punto de quietud sin movimiento
que vaya adelante con un rumbo
sabido solamente al desplazarse.
Lo nuevo nos cautiva con la gracia
de aquello no previsto cuando íbamos
allá donde topamos su asombro.
Leemos por placer y por placer nos convertimos
en algo que llamamos ser humano
que busca con los medios limitados de su cuerpo
el bien innumerable de la idea a la que aspira.
En ese movimiento esperamos igualmente
sentados en un banco con la obra manuscrita
rodada con su métrica delante de los ojos
sonando en el silencio con su música…
torres_rechy@hotmail.com