SOCIEDAD
Actualizado 14/03/2024 15:08:45
Berta Joven

El mercado de las prendas de segunda mano despega poco a poco gracias al impulso de los jóvenes y la población extranjera

La moda es la segunda industria más contaminante del planeta. Para elaborar una sola camiseta de algodón, las estimaciones indican que se necesitan 2.700 litros de agua dulce: la cantidad de agua que una persona bebe en dos años y medio, según un informe de la Unión Europea. Frente a esta situación, en Salamanca surgen comercios que desarrollan la moda circular. Estas tiendas que venden prendas y complementos de segunda mano trabajan cada día para convertirse en una alternativa sostenible a la llamada moda rápida.

“Sobre todo, viene gente muy joven, estudiantes y muchos extranjeros”, explica Amelia Márquez, de vistelaTierra, observación en la que coincide Laura González, de Casual Shop: “En Salamanca puede costar un poco más entrar en el concepto, pero yo creo que poco a poco lo vamos a conseguir”. Sara Fernández, de Mara 23, observa una demanda mayor: “Empresas como Inditex van a empezar a vender ropa de segunda mano de la propia marca. La gente lo normalizará más y se empezará a consumir de una manera más habitual”. Andrea Pons, de El Armario del Oeste, concuerda con esta línea: “Antes era algo que estaba más relegado a extranjeros o gente joven. Ahora aumenta la edad del consumidor. Estas navidades se han animado mucho más a hacer un regalo de este tipo, antes estaba peor considerado”.

Quienes se acercan a las tiendas de segunda mano en Salamanca lo hacen buscando grandes marcas o siguiendo su propio estilo. “Hay un tipo de clientela que no sigue tanto las tendencias. Gente con una personalidad muy arraigada, y que tiene muy claro el tipo de ropa que quiere”, explica Amelia. Respecto al calzado, la responsable de este comercio también añade que las mujeres “no quieren tacones”. Vestidos, camisas, americanas, ropa para eventos o deportiva, el catálogo es extenso. Sara Fernández afirma que las sudaderas de Nike o Adidas de los años 90 son algunas de las prendas con más éxito. “Hoy en día no se encuentran tan fácilmente, los cortes no se asemejan a lo que había antes”.

Los comercios tienen claro que la sostenibilidad es el principal beneficio de comprar textil de segunda mano. “Es impresionante la cantidad de ropa que tenemos en los armarios y que luego no nos ponemos. Comprar un producto de segunda mano está mejorando el futuro del planeta. Y hay otra cosa muy importante: el comercio directo. Lo cercano es más fácil, menos costoso y menos contaminante”, defiende Amelia. “Vivimos en un sistema de consumo que no tiene ni pies ni cabeza, tanto a nivel medioambiental como social. No estamos hablando de un problema solo de cambio climático, sino también de derechos humanos de la gente que produce las prendas”, concluye Andrea.

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