CULTURA
Actualizado 07/03/2024 18:04:12
Charo Alonso

El empeño de su presidente, Pedro Méndez, es cuidar al socio y seguir siendo referente cultural de la ciudad desde el Palacio de Figueroa

La ajetreada calma de la Plaza Mayor de Salamanca a media mañana, tiene en el patio neorrenacentista del Palacio de Figueroa un silencio quieto y formal donde se mueven con calma y diligencia quienes hacen posible que funcione esta casa viva, tradición enraizada y fecunda actividad.

Al otro lado de su mesa de despacho, repleta y plena de proyectos, Pedro Méndez recibe con la hospitalidad de la que siempre hace gala la institución que nos acoge con el empaque y la suavidad de sus sillones de terciopelo rojo.

La suya es una cercanía cálida y exquisita que no olvida la responsabilidad de quien preside una de las instituciones sociales y culturales más longevas de esta Salamanca nuestra de ecos unamunianos e historia diaria.

Pedro Méndez: El objetivo de la institución es atender a los socios y además, propiciar la difusión de la cultura no solo hacia ellos, sino a toda Salamanca. Sorprende el número de actos que se realizan en El Casino y la asistencia masiva de salmantinos que a veces hacen cola hasta la iglesia del Carmen. Estamos muy volcados, por ejemplo, con la música clásica, ofreciendo recitales, descubriendo a los grandes músicos de jazz que hay en Salamanca.

Charo Alonso: Es cierto que hablamos mucho de las actividades del Casino y no del papel de los socios…

P.M.: El socio viene al Casino a leer la prensa, a disfrutar de los salones, de la biblioteca, de la sala de billar y de los conciertos como esta Verbena de la Paloma en la que han actuado 32 personas. Se quedó mucha gente sin entrar y eso es una prueba de que esta actividad cultural nuestra, que me atrevería a calificar de frenética, tiene mucha aceptación. Pero no olvidemos que nuestro objetivo es que el socio esté a gusto, ese socio que, ciertamente, tiene una edad media elevada. Esa opinión de que ser socio del Casino es solo para mayores no es cierta, tenemos ahora actividades para gente más joven como propiciar el tardeo, por ejemplo. Las ventajas del Casino son muchas: es un espacio céntrico, un espacio acogedor, con actividades diversas, de respeto y, para los tiempos que corren, un lugar nada partidista.

Ch.A.: Y un lugar muy vinculado a la historia de la ciudad.

P.M.: Me siento orgulloso de haber recibido la Medalla de Oro de la Ciudad, en lo personal y como presidente y de que el alcalde hablara del Casino como de una referencia cultural. Seguimos con nuestras actividades y buscamos e innovamos. Por ejemplo, después de la presentación muy exitosa de un libro, quisiéramos hacer coloquios literarios de diez o quince personas para seguir comentándolo. Nuestra institución ha mantenido un Cineclub Clásico que ha tenido siempre mucho éxito, por ejemplo, y es un espacio de referencia para presentaciones, conferencias… estamos muy solicitados.

Ch.A.: ¿Puede parecer un círculo un tanto elitista a la hora de pensar en los socios que conforman el Casino?

P.M.: Con todo lo que digan, la historia del Casino ha estado muy vinculada a la de la sociedad salmantina. Es cierto que en ocasiones ha podido parecer un poco elitista, pero, cuando se cerró el Círculo Mercantil y todos los socios pasaron al Casino, este era una representación del mundo de la tierra y de la ciudad: de los agricultores, ganaderos, comerciantes… un lugar donde nunca se cerraban las puertas ante ninguna clase social o ideología. El Casino es apartidista, todos nos piden el espacio para mítines y nos negamos. El Casino no entra ahí, puede que en la tertulia de un tresillo se hable de política, pero siempre de forma educada.

Ch.A.: Eso en los tiempos que vivimos, es un descanso. ¿Y la enorme vinculación del Casino con la fotografía?

P.M.: Todo empezó a través de David, que nos sugirió una actividad en la que se proyectaran fotografías, y ha sido un éxito total este de los ‘Jueves Fotográficos del Casino’. Ahora contemplamos la idea de hacer un concurso y exponer las mejores imágenes.

Ch.A.: Desconozco su actividad profesional y cuál ha sido su vinculación con el Casino, presidente.

P.M.: He sido abogado toda la vida y he dado clase en la Universidad. En lo personal, a mí me pescó la época dorada del Casino, lo he contado muchas veces: conocí a mi mujer en una tienda de disfraces que se llamaba La Matildona, y pensé que esa chavalita iría al baile del Casino. No vino a la fiesta de disfraces, pero otro día la vi sentada junto a otra chica, aquí desde arriba, y le dije a un amigo, vamos a bailar con ellas, pero déjame a mí a la morena. Eran las épocas en las que había orquestas, grandes actuaciones, se celebraban las Ferias, San Juan, las Puestas de Largo… no había nada en aquella Salamanca y el Casino era el centro de todo. Luego no sé qué pasó en los años setenta, o quizás que con niños pequeños se buscaba otra cosa y no teníamos tiempo de venir por aquí aunque los socios nunca nos dábamos de baja. Una vez que la vida es de otra manera, con la jubilación, quizás era el momento de regresar.

Ch.A.: Recuerdo que con la llegada de Alberto Estella se potenció el papel cultural del Casino para toda la ciudad del Casino.

P.M.: Con él se le dio un gran impulso al Casino, sí, él era un hombre muy inquieto y fue su último servicio a esta ciudad. Yo jamás quise ser presidente de el Casino, Alberto me llamó, me lo pidió y acepté. Es un orgullo para mí haber recibido ese encargo y la insignia de oro de los socios del Casino. Unos socios que a veces expresan sus quejas, claro que sí, pero a los que nos debemos. Es lo propio de un cargo, escuchar también aquello que no gusta.

Ch.A.: ¿Le supone mucho trabajo este cargo?

P.M.: Me lleva mucho tiempo, sí, a las 11 de la mañana estoy aquí siempre, organizarlo todo no es fácil, hay que mantener una categoría con todos los actos que presentamos, llegar a acuerdos con los programas que ofrecemos… Hay muchas peticiones y no alcanzamos a todas.

Ch.A.: ¿Cómo se llevan con el resto de las instituciones salmantinas?

P.M.: De maravilla, tenemos unas relaciones impecables con la Facultad de Medicina, por ejemplo, cuyas actividades son de un nivel impresionante, con la Fundación Salamanca Ciudad de Saberes, con el Ayuntamiento… tratamos muy bien a los artistas y nada me ha emocionado más que ver a los niños, a la gente joven de los conservatorios tocar en este lugar. Debemos apoyar a los que estudian aquí, a los que siguen en la ciudad, a los que se marchan. Con el tema de la música clásica, a la que tanta importancia le damos, tenemos el apoyo absoluto de Víctor Moro que siempre sabe recomendarnos y ayudarnos. Me siento muy apoyado por la gran cantidad de correos que recibimos para felicitarnos por los conciertos, por las actividades. Y por el trato que los compañeros de la prensa tienen con nosotros. El Casino es un espacio muy solicitado y muy apreciado.

Ch.A.: ¿Y los socios? ¿Cómo viven el día a día del Casino? ¿Es caro ser socio de esta institución?

P.M.: La cuota del Casino es de las más bajas de España y claro, tenemos que apoyarnos en la empresa hostelera que gestiona el espacio. Hemos sobrevivido a la pandemia, a esos dos años cerrados en los que tuvimos que reducir la cuota aunque nadie se diera de baja, asistir a tantas… bueno, fue todo doloroso. En cuanto a los socios, te pongo un ejemplo personal, yo soy un cinéfilo empedernido, un lector, me quedaría en casa muy bien… pero qué importante es salir, socializar, venir a estar con los otros, a la tertulia, a la partida, al torneo de billar, a tomar el café… El Casino tiene que estar para todos, para los socios, por supuesto, con sus salas tan cómodas, sus actividades, su no parar… y para la cultura abierta a la sociedad salmantina. Que la gente se detenga a fotografiar el cartel que hay en la puerta y anuncia las actividades, los conciertos, las conferencias, para venir a disfrutarlos es una buena prueba de que estamos haciendo aquello que se espera de una institución como la nuestra.

Ch.A.: Las muestras artísticas del Casino en los años cincuenta y sesenta fueron importantísimas para la ciudad y guardan ustedes una enorme cantidad de obra… ¿Para cuándo una exposición de sus fantásticos cuadros y esculturas?

P.M.: Esa es una tarea pendiente porque el Casino custodia una excelente colección en sus salones que debemos mostrar. Forma parte de nuestra historia, de la historia de Salamanca. Estamos en ello, y mientras, ahí está nuestra Sala de Exposiciones. ¿Te he dicho ya que esta actividad es un no parar?

Charo Alonso / Foto de Carmen Borrego

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