Antes de comentar problemas concretos de la adolescencia quiero poner de manifiesto el marco social futuro que hemos creado los adultos para los adolescentes y jóvenes. De él se impregnan ya los menores en la segunda adolescencia, 16-20 años ¿Qué sitio y qué futuro le construimos a los adolescentes y jóvenes?
Tenemos un contexto social desolador e injusto para los adolescentes y jóvenes que no parece preocupar a los gobernantes. Pero que llena de pesimismo y ansiedad a todos los actores de estas generaciones de adolescentes y jóvenes. También a los padres, sus hermanos y el sistema educativo.
Son adolescentes forzosos hasta los 30 o más años, a los que dejamos sin los sueños propios de estas edades y, a un número importante de ellos, sin autonomía y sin proyectos.
Hoy mismo señalaban que la mayoría quieren ser funcionarios para evitar esta inseguridad.
Mientras les subvencionan los padres, los abuelos y, últimamente, el gobierno le ofrece regalitos para que les voten (billetes para viajar, entradas para conciertos, etc.) ¡Vaya tomadura de pelo!
A.- Las causas y consecuencias de fondo son muchas. Me atrevo a señalar algunas; usted puede mejorar esta clasificación:
Por esta educación, no son pocos los jóvenes que rechazan trabajar por razones muy diversas: “pagan muy poco”, “ese trabajo es muy duro”, “no es en lo que estoy preparado”, “ese es trabajo propio de temporeros o emigrantes”, etc. etc.
La educación profesional está mejorando, pero no es suficiente y no está prestigiada. Y el campo… ven la que está cayendo.
Las consecuencias:
Los estudios señalan que los jóvenes españoles entre 18 y 25 están entre los que puntúan más bajo en bienestar.
Hoy mismo leo que España es el país con más paro, especialmente entre los jóvenes.
Y todo ello, en un país con un gobierno que dice ser progresista, feminista y de izquierdas, en que la desigualdad no deja de aumentar,
No era esto lo que esperábamos de la democracia.
Nota: Es probable que sus hijos o nietos sobrevivan a este contexto, por méritos propios o por ayudas familiares.
Pero una minoría importante lo está pasando muy mal y no están educados para trabajar y cuidar a los demás. Aunque hay, está muy bien bastante voluntariado.
¿Esta es la sociedad que le ofrecemos los adultos?
¿Qué podríamos hacer?
Félix López Sánchez