Lleva 28 años atendiendo a sus lectores en la calle Libreros
El paisaje de la calle Libreros será muy distinto a partir del 1 de abril porque La Galatea, librería anticuaria, cierra tras 28 años de trayectoria. Begoña Ripoll, su responsable, recibió hace unos días una carta certificada con la indicación de que debía desalojar el local. Los dueños han vendido el edificio, datado en el siglo XVI, y no le queda más opción que colgar el cartel de cierre.
Así que aún en shock tiene que preparar una mudanza a contrarreloj en la que deberá trasladar miles de libros (antiguos y modernos), discos de vinilo, carteles, grabados, cromos, exlibris, cuadros, muebles… “Hace apenas un mes estaba comprando una nueva biblioteca y metiendo cajas en la calle Libreros. Ahora me resta exactamente un mes para empaquetar y trasladarme a…?”, ha confesado en un comunicado publicado en la página web de la librería.
Begoña ha confesado en el programa La Ventana (Cadena SER) sentirse “sobrepasada” ante la avalancha de cariño recibida en redes sociales, un gesto que ha cristalizado en constantes visitas a la librería para mostrar su apoyo y llevarse un último libro. “Atiendo a 200 personas al día”, ha reconocido a Salamanca RTV Al Día. Tal es el respaldo, que ha tenido que desactivar la tienda online de la librería porque no podía afrontar tal volumen de envíos. “Siempre imaginé tontamente que envejecería en mi Galatea. No sé; me veía con ochenta años y el pelo blanco explicando un incunable o las míticas colecciones de Aguilar a futuras generaciones de lectores o aprendices de bibliófilos. He disfrutado muchísimo contando la intrahistoria de los libros: cómo se fabricaba el papel, por qué se editó tal obra, qué importancia tenían los mapas en el siglo XVI, cuándo una primera edición no sólo era preciosa sino también excepcional…”, afirma en el comunicado.
El hashtag #UnaFotoenLaGalatea aglutina decenas de fotografías de sus lectores en redes sociales, y acumula otros cientos en su móvil porque no tiene un minuto al día para actualizar sus perfiles. Un carrusel de imágenes con el que Begoña quiere preservar la memoria de la librería, que ha sido también su vocación y su casa: “Quiero exprimir este último mes en la calle Libreros, número 28, frente a la famosa rana de la famosa Universidad de Salamanca. Cerraré las puertas definitivamente el 30 de marzo, Sábado Santo. Mi Pascua triste”.