OPINIóN
Actualizado 05/03/2024 07:54:18
Francisco Delgado

Desde el inicio del siglo XX hasta el presente, ha habido tres grandes etapas en la concepción de las enfermedades humanas: A lo largo del siglo XX las investigaciones sobre la influencia de los factores psíquicos en la génesis de numerosas enfermedades, fue dando lugar a un amplio movimiento en medicina psicosomática que determinó el establecimiento de una lista de enfermedades psicosomáticas, agrupadas según aparatos, que creció enormemente. De tal modo que hace pocos años la O.M.S. estableció que aproximadamente un 90% de enfermedades humanas tenían un origen psíquico.

El 10% restante serían enfermedades de origen físico, sobre las que el punto de vista psicosomático también tendría una importante función: la de atender cómo en la evolución de la enfermedad de origen físico, aspectos emocionales del enfermo influyen en el pronóstico, en el proceso de cura, añadiendo una dimensión subjetiva a los síntomas objetivos.

Así, de una lista de enfermedades calificadas de psicosomáticas, se fue pasando a un punto de vista global, psicosomático, del enfermar humano, desde finales del s. XX a principios del s. XXI.

En las últimas décadas el desarrollo y multiplicación de las investigaciones en epigenética han contribuido a fortalecer las hipótesis que confieren un carácter decisivo a fenómenos de fuerte nivel de estrés de carácter social, cultural, familiar, en la aparición y evolución de las enfermedades, que pueden ser heredadas de unas generaciones a otras epigenéticamente, no genéticamente. Las investigaciones epigenéticas avanzan paralelamente a la teoría y práctica de la medicina psicosomática, dando lugar a una confluencia de hipótesis sobre el enfermar humano.

A pesar de los avances de estas dos disciplinas durante este último siglo y medio, el prejuicio de la dualidad del ser humano dividido en cuerpo y psique sigue teniendo tanto peso después de siglos de concebir al hombre partido en dos mitades de naturaleza distinta, que la resistencia a la idea de una completa unidad psicosomática seguirá aún poderosa en parte de la comunidad científica y en la mayor parte de la humanidad. Este cambio esencial de la imagen de sí mismo en el ser humano necesita muchas generaciones para que se produzca: hasta que entendamos que cada ser humano es una unidad psicosomática y que la ancestral división de cuerpo/ mente ha sido el producto de la falta de conocimientos de nuestro modo de ser y estar en el mundo.

Etiquetas

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >El enfermar humano y el punto de vista psicosomático