Parada en Gran Vía 72, la instalación de una marquesina lleva varias semanas en ese estado.
Reaparece la larguísima tramitación de la reforma del acceso Norte, la N-630 desde el Helmántico a Torres Villarroel, figurando por primera vez en el último presupuesto de Felipe González. Después del fallido intento de Zapatero ahora puede ir en serio y se vuelva real tras 30 años. No sé si en Madrid las obras ministeriales de infraestructuras tardan tanto, o quizás las tardanzas sean reverso de celeridad en esa ciudad. Y esto me lleva a preguntarme por los misterios de los plazos de las administraciones al realizar cosas, y aprovecho para repasar algunas vinculadas a nuestros autobuses urbanos.
La reforma de la Carretera de Ledesma no ha conseguido acercar la marquesina a la cabecera de la parada, donde queda la puerta de entrada del vehículo, mejor un contenedor.
Pero esto de los plazos a lo mejor tiene mucho de subjetivo. Por ejemplo, peatonalizar calles céntricas de Salamanca me ha parecido rápido, reurbanizar la Carretera de Ledesma asombrosamente lento. En el primer caso no recuerdo quejas de hosteleros (tal vez por el espacio ganado para el “mobiliario” más común ahí) ni comerciantes, frente al visible hartazgo de estos (junto al vecindario) en la larga vía de la periferia salmantina. Algo similar sucede con las mejoras en el transporte publico colectivo. Anuncian cambios y luego transcurre el tiempo hasta ganar aroma a promesa ferroviaria del actual gobierno, salvando mucho las distancias claro.
A finales de noviembre llegaron los nuevos autobuses eléctricos, desaparecidos desde entonces. Acaso familiarizarse con ellos sea largo, mientras la provisionalidad de los viejos vehículos recuperados en junio para dos líneas nuevas se alarga. Diseñadas en 2022 como vimos en su momento, pero todavía con carencias. Casi el mismo tiempo han tardado en colocar algunas marquesinas en “nuevas” paradas, como las inducidas por el nuevo hospital. Aunque el privilegio es parcial, de momento en un sentido sólo.
Mapa de líneas en la nueva marquesina del Paseo de San Vicente ese ene (según la megafonía del autobús, decir Hospital debe aclarar poco) desfasado 9 meses. Enfrente no han tenido tanta suerte.
Y en las nuevas marquesinas, o en otras reubicadas, colocan los viejos mapas donde no existen las líneas 14 y 15. Quizás imprimir unos nuevos actualizados lleve al borde de la ruina a la concesionaria y a la bancarrota municipal. Esgrimirán como motivo esperar a las modificaciones de líneas que faltan (recordemos, presentadas a principios de 2022). Resulta admirable cuánto cuesta entender la importancia de cuidar la información, actualizada no solo en la parada donde hay cambios, también en el resto para facilitar trasbordos, por ejemplo. Por no hablar de aquellas con carteles rotos y comidos por el sol.
Otro notable caso de “celeridad” son la app y web oficial. Siguen sin incorporar las líneas puestas en marcha hace 9 meses. Incluso aparecen todavía paradas fuera de servicio (provocando confusión en algún usuario ocasional). La de Gran Vía 72, funcionando desde algún mes antes, está en el mapa virtual pero sin dar información. A lo mejor por eso la marquesina lleva varias semanas sin terminar, no la encuentran. Llenan espacios informativos anunciando novedades, reiteradamente, lo de materializarlas va a su ritmo. Justo es decir que en las pantallas de marquesinas interesadas si se ha corregido esto.
Nueva marquesina tras acercar la parada a la rotonda de Francisco López de Villalobos, en curva.
Y aunque no son plazos más bien falta de iniciativa resolutiva de problemas, están las paradas del Paseo de la Transición vinculadas al Campus. Sin marquesinas dos años, mueven una para instalarla (la otra sigue observando lluvia e insolación), hasta una curva, algo no recomendado precisamente. Puede convertirse en un inconveniente en la cacareada apuesta por la accesibilidad. Si bien llegar al Campus desde aquí y el Paseo de Francisco Tomás y Valiente es una colección de obstáculos, quizás el aparcamiento de vehículos privados en esa calle sea más vital. Tampoco nadie percibe la posibilidad de crear un acceso directo hacia Farmacia o Medicina a través de la ladera, bien es cierto tampoco muy accesible precisamente.
Por este camino se llega desde la marquesina anterior hasta el Campus Universitario.