La esperanza te reclama
y bebe en ti a sorbos de aguaceros.
Creer en la vida y volar hacia los sueños
nos lleva en volandas
a la ruta del intento.
Apaga la candela que enciende
el universo,
llegarán las luciérnagas,
en su sencillo vuelo,
A decirte al oído cuánto te quiero.
Sube hasta la altura, de tornasolados velos,
de las sedas que corretean por el cielo,
las texturas, las sombras,
las palabras de ensueño,
tu boca, la luna:
hacer del abrazo
un eterno reguero.
Mercedes Sánchez