”Las noticias políticas son una bendición para nosotros, pero preferiría que no nos dieran tanto material y que mi país fuera un poco más tranquilo”, afirma
Sus primeros pasos en el mundo artístico los daba en bares y emisoras de radio de Salamanca, su ciudad natal. Después, se apuntó a un popular concurso nacional de monologuistas, que se difundía en la televisión y que acabó ganando. Ese fue el momento que cambió su vida.
Héctor de Miguel, antes conocido como ‘Quequé’, es un humorista, monologuista, actor, guionista y presentador, de reconocido prestigio en España. Aunque no ha dejado los escenarios, actualmente se le puede seguir en su popular ‘Hora veintipico’, un peculiar y divertido informativo que se emite de lunes a jueves a las 20.45 horas en la app de la Cadena SER, Youtube y en cualquier plataforma de podcast, así como en las principales redes sociales.
Empecemos hablando de tu infancia. ¿En esa época ya querías dedicarte al humor?
Yo de pequeño tuve claro muy pronto que no me gustaba madrugar y eso ya delimito un poco mis opciones laborales y eliminó automáticamente otras muchas. Ya sabía que un trabajo al uso, digamos de 8 o 10 horas al día en una oficina y demás no me iba a haber muy feliz. Y era lo único que tenía claro, lo demás fue viniendo
Podría haber sido la música o trabajar como actor, pero al final fue la comedia porque no tuve suerte, se cruzó en mi vida y a partir de ahí todo se fue liando.
Pero de pequeño, ¿ya se te daba bien divertir a la gente?
Si me gustaba mucho hacer reír y me gustaba mucho el cachondeo y las risas, aunque no era el típico gracioso de clase, yo necesitaba cierta confianza y estar en un entorno a gusto, pero en cuanto cogía confianza ya nadie me paraba.
¿Y eras extrovertido?, porque a veces los artistas engañáis un poco, parecéis muy abiertos en el escenario y luego muchos son tímidos en la vida.
Yo cumplo el tópico tal cual, aunque si me iba haciendo menos tímido con el paso del tiempo, porque con la edad ya llegó un momento en el que la timidez ya no puede ser excusa, pero yo soy un poco diésel, necesito mi tiempo de adaptación y conocer un poco a las personas con las que estoy. Luego ya sí me vengo arriba.
¿‘El Club de la Comedia’ fue un poco el antes y el después en tu vida profesional?
Sí, ahí ya es cuando empecé a dedicarme profesionalmente y a pagar las facturas con esto. Me tuve que ir a Madrid y ya dejé mi vida aquí, donde había hecho cosas en Cadena Dial, en Cadena Cien y en bares, en especial en El Principal y en alguno de Varillas.
Paradójicamente todo esto fue en 2002, un año muy bueno para Salamanca, que fue también muy bueno para mí.
Y con muchos de aquellos concursantes, que luego también se convirtieron en artistas profesionales, ¿sigues en contacto?, ¿tenéis buena relación aunque sois competencia unos de otros?
Sí. Lo que pasa es que como éramos casi la primera hornada, digamos de cómicos y cómicas profesionales de eso que se llama ‘Stand Up Comedy’, es verdad que nos apoyamos mucho entre nosotros al principio, porque íbamos un poco como los pioneros, disfrutando mucho de esa conquista que fuimos haciendo de la Stand Up Comedy primero en las salas, luego en los teatros y después en la televisión, la radio e internet.
¿Ha cambiado mucho desde aquella época a lo que es hoy en día el mundo profesional del humor?
No sabría decirte si a mejor o a peor porque, por un lado, quizás antes, como en casi todas las profesiones, se pagaba mejor por ir a actuar a un bar de una ciudad que ahora, pero también es verdad que ahora hay más oportunidades. Hay muchos más sitios en los que actuar y esa cosa que yo nunca conocí cuando empezaba que es esto de los micrófonos abiertos (Open Mic), prácticamente hay uno o dos en cada provincia, en cada ciudad, en cada sitio grande, y luego está internet, porque cuando empezamos había internet pero no había redes sociales.
Ahora, con un buen canal de Instagram hay cómicos que han hecho una carrera sin salir en la televisión y sin salir en nada. Ha sido un proceso natural el de adaptar el producto a las redes sociales, que cada vez hay más y de distintos tipos.
Además, ahora hay un tipo de comedia que se lleva mucho que es el ‘crowd work’, hablar con el público, una especie de improvisación como la que hace Juan Dávila, que además lo ha trabajado mucho a través de Instagram, porque con esos pequeños vídeos promocionas el espectáculo.
Hablando de la improvisación, a veces da la sensación de que improvisáis mucho pero no sé si detrás hay un guion serio y muy trabajado.
Puede haber un guion y que te vaya dando pie a otras salidas, no es incompatible, también depende del show que estés haciendo, si yo estoy haciendo una cosa mía personal en una sala y se cae un vaso, lo aprovecho para integrarlo en el espectáculo. Tienes que estar preparado porque nunca sabes lo que te van a decir, entonces hay un guion pero luego tiene que haber un margen para la improvisación que es lo que te regala el público en ese momento.
Eres uno de esos cómicos populares. ¿Cuándo la gente te reconoce por la calle te incomoda o es parte del trabajo y punto?
A mí nunca me ha incomodado la verdad. También depende un poco del momento profesional en el que estés. Por ejemplo, cuando en los años de ‘La Vida Moderna’ te reconocía más la gente joven, de 20 a 30 años, que eran los que se estaban enganchando esa especie de nueva radio que estábamos
¿Y actualmente, con el ‘Hora veintipico’?
Ahora me sorprendo también porque estoy en un horario atípico en la cadena SER con un programa que está funcionando bien y de repente me conocen muchos niños.
Ya que mencionas la radio, de una u otra manera al final sigues vinculado a ella
Siempre fue el medio que más me gustó y además creo que la nueva vida de la radio está muy bien. El maridaje de internet y radio es perfecto, no tanto a lo mejor por lo que yo hago que incluye también televisión. Lo que hago en la radio ahora se ve y esto es una desventaja. Antes, en muchos casos podías ir despeinado y en bata y daba igual, y ahora te tienes que arreglar un poquito, pero es verdad que todo ese consumo de radio vía YouTube ha incorporado la radio a un público que antes no había conocido ese medio.
Y los pódcast también la han dado una nueva vida a la radio
Sí, gracias a ellos ya no solo se escucha la radio en emisora lineal, con unos horarios determinados. Yo hubiese querido de pequeño el pódcast de Carlos Pumares porque solo tenías una oportunidad a las dos de la mañana o te lo perdías.
Te sientes más cómodo en un estudio de radio o frente al público en directo
Son cosas distintas aunque yo estoy cómodo en ambas para hacer mis tonterías pero es verdad que en la radio me siento especialmente bien y bueno, en una sala también, pero en el ecosistema de la radio ahora con sus cámaras, es un traje que me gusta.
¿Cómo es tu relación con el público, has tenido alguna situación de esas inesperadas en las que algún chiste no ha tenido la respuesta esperada? ¿Eso cómo se solventa?
En este tipo de situaciones te vas enseguida al siguiente chiste, tampoco hay que recrearse. Si fuéramos perfectos e infalibles no habría que ensayar, ni que probar texto, ni que hacer nada, sería todo muy fácil, escribirías algo en tu habitación y sería perfecto, pero no va así. En tu cabeza puede sonar muy bien y luego el mismo chiste hecho un martes o un miércoles puede funcionar o no, por ti, por el público, porque le has dado la entonación antes de la palabra que debías. Afortunadamente lo de los chistes no es una ciencia exacta. Aunque hay libros sobre ello tienen una margen que depende de muchas cosas
¿Se puede tocar todo tipo de temas con gracias y bromas?
Sí, en ‘La vida moderna’ demostramos que se puede hablar de todo lo que quieras pero hay que tener cuidado con la perspectiva, con el punto de vista, porque hay una línea muy fina entre yo quiero hacer humor de todo y quiero hacer bullying.
No se pueden hacer chistes de enanos, de gangosos o de mariquitas como se venían haciendo en los ochenta y hasta los noventa. Lo puedes hacer ahora pero ¿quién te lo va a reír? Puedes hacer humor de todo pero no de cualquier manera.
¿Hay humor de derecha y de izquierda?
Por supuesto. Más de izquierda que de derecha porque los de derechas tienen que parecer más ‘seriotes’. Yo siempre digo que necesitamos unos cómicos de derechas como los hay en Estados Unidos. Desgraciadamente aquí no se ha dado el caso todavía y a mí me encantaría reírme con un cómico de derechas de mis cosas o de las suyas pero todavía no se ha dado. Es cuestión de tiempo, tiene que surgir en algún momento.
De todas maneras, es evidente que la actualidad os da mucho juego para generar humor.
Sí, además, en el caso de ‘Hora Veintipico’, es un programa diario de actualidad política, pero hablamos de otras cosas de la sociedad como la parodia desinformativa pero no nos podemos quejar, las noticias de Cataluña, de las elecciones, de Pedro que parece que no pero luego sí… son una bendición para nosotros. Aunque claro también te digo que preferiría a veces que no nos dieran tanto material y que mi país fuera un poco más tranquilo
Aquí en Salamanca siempre agradecen y aplauden las pullitas que metes aprovechando un foro de actualidad nacional para acordarte de provincias, de tu ciudad
Si puedo ayudar en algo, por ejemplo, para que haya más trenes y mejores pues lo haré o hablar de mi Unionistas, que está en una categoría de fútbol de la que no se habla tanto y que es muy entretenida, lo estamos viendo este año.
Además, una persona de Teruel que ve el video probablemente tenga los problemas muy parecidos a los que tienen más provincias como Salamanca, entonces pueden empatizar. Yo creo que hay también cosas que nos unen a todos en esto que llaman la España vacía o vaciada, creo que especialmente en el oeste del país, en Badajoz, Cáceres, Salamanca, Zamora… podemos tener inquietudes parecidas, si hago un chiste o hago un comentario así creo que todo el mundo lo puede entender y lo pueden entender también en Madrid perfectamente.
Y no tienes ningún problema en abordar temas políticos y meterte en el charco que sea porque ¿supongo que no interpretas?
Se juega un poco, siempre hay un personaje con el que más o menos actúas pero intento ser honesto, coherente con lo que pienso y digo, y si puede ser de forma divertida y con un chiste mejor, sabiendo que no a todo el mundo le va a hacer gracia.
¿Y mirando al futuro, que planes tienes, o con el presente tienes suficiente y vas al día?
La vida profesional me ha ido sorprendiendo constantemente, en los 22 años en los que me dedico a esto nunca he puesto ninguna meta y nunca he puesto ningún objetivo más que vivir de esto. Mi único objetivo, inalcanzable de momento, sería ir trabajando menos y cobrar.
¿Has pasado por épocas con menos trabajo?
La verdad que tenía mucha suerte porque cuando tenía menos presencia, digamos en proyectos de televisión o similares, siempre he tenido el refugio magnífico de irme de gira por España con mis espectáculos a salas, a bares, a teatros… de juntarme con otros compañeros y montar espectáculos de monólogos de comedia. Nunca he tenido la sensación de vértigo, de decir “madre mía, que no me llaman para esto”. Nosotros tenemos siempre la opción de sacar un folio, un boli y escribir unos chistes.