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LOCAL
Actualizado 09/02/2024 15:13:54
Charo Alonso

Una de nuestras más hermosas iglesias románicas guarda la historia de Santo Tomás Becket y el recuerdo emocionado del amigo de Unamuno, Atilano Coco

En los muros de la iglesia románica de Santo Tomás Cantuariense queda el trazo del santo de Canterbury y su ropaje en el que vuelan las chovas piquirrojas que mandara pintar la reina Berenguela, ahí en lo alto de la techumbre de Las Claras, tan cerca de esta joya donde oficia el reverendo Rubén Legidos la ceremonia del ecumenismo. Y en su voz joven y decidida se oyen los ecos de una historia de persecución y secreto, de heroísmo y de entendimiento. El de un Miguel de Unamuno que pasea con su amigo Atilano Coco en una Salamanca que ahora descubre su historia mientras la sombra de la visita del Deán de Canterbury, el ilustre teólogo Reverendo Robert Willis, aún nos deja sentir la grandeza de su presencia: “Todo sucede cuando tiene que suceder”, afirmó en este mismo espacio sagrado abarcando con su palabra la historia que se hace justicia a sí misma. La de una Salamanca ecuménica, plural, empeño de reina, sobrevolada por un pájaro de los acantilados ingleses a la que llega ese teólogo y escritor nacido en Almansa que ejerce su hermoso trabajo de pastor, Rubén Legidos.

Ruben Legidos: El protestantismo es una forma de vivir, como lo son todas las religiones. Uno de los aspectos que lo distingue es el concepto del trabajo, que para nosotros no es solo una obligación, sino una vocación. La palabra negocio significa “no-ocio”, pero el trabajo es también una forma de ocio, el medio que nos da Dios para realizarnos. Nuestra manera de contribuir al mundo.

Charo Alonso: La cesión de esta iglesia románica para el culto protestante es un hermoso acto ecuménico del obispo de Salamanca.

R.L.: El Obispo Católico ha mostrado una gran generosidad. El ecumenismo es la manera de vivir la iglesia en el presente, siguiendo el mandato del evangelio. Todas las confesiones cristianas deberían aspirar a restablecer la unidad entre los cristianos de diferentes tradiciones. La iglesia anglicana ha desempeñado un papel importante en el proceso ecuménico, y a menudo se la ha elogiado como un ejemplo de reconciliación por ser una vía intermedia entre el catolicismo y el protestantismo. Asimismo, sostiene que la relación con Dios se fundamenta en el diálogo y el respeto.

Ch.A.: ¿Cómo empieza la relación entre Salamanca y la iglesia protestante?

R.L.: Nuestra iglesia experimentó un gran crecimiento en España desde 1868 hasta 1936. En Salamanca contábamos con iglesia, casa y escuela, pero el 8 de diciembre de 1936, nuestro pastor, Atilano Coco, fue capturado y fusilado. Su cuerpo aún no ha sido hallado. Tras la Guerra Civil, la iglesia protestante quedó oculta, aunque se había iniciado con la llegada del duque de Wellington y había recibido la visita del colportor George Borrow. La gente tenía miedo, pero ya en 1962, un informe policial empezó a reconocer la existencia de protestantes, gente como la señora Ceferina o la familia de farmacéuticos que conservaron el recuerdo de la iglesia en Salamanca.

Ch.A.: Eran gentes escondidas, como los protestantes de Villaescusa, en Zamora…

R.L: A Villaescusa se le llama “el pueblo de los protestantes”. En 1872 casi todos los habitantes eran protestantes, en esa iglesia y en esa escuela se forma Atilano Coco, que era de un pueblecito cercano, de Guarrate, él quería estudiar y el de los protestantes era el mejor colegio.

Ch.A.: ¿Por qué siempre va unido el concepto de iglesia y escuela?

R.L.: El protestantismo busca una relación personal con Dios, sin la mediación de las instituciones religiosas. Para ello, es necesario pensar por uno mismo y leer la Biblia en la lengua en que se habla. Así lo hizo mi abuela, que se convirtió al protestantismo después de escuchar a un amigo que le habló de Dios de otra manera, distinta a la que le enseñaban en la misa en latín. Yo soy la tercera generación de mi familia que sigue esta fe. Creo que la educación es fundamental para que la gente pueda leer, pensar y elegir lo que quiera, sin imposiciones ni dogmas. De ahí surgió el librepensamiento, una doctrina que defiende la libertad de pensamiento basada en la lógica, la razón y el empirismo. Si no aprendes a leer y a pensar, solo crees en lo que te dicen.

Ch.A.: Atilano Coco se inicia como protestante entonces muy cerca de su pueblo…

R.L.: Nace en Guarrate, estudia en Villaescusa y su primer año de pastor lo hace allí. La iglesia de Villaescusa y la de Salamanca siempre han compartido ministro, yo lo mantengo y antes lo hizo Carlos, nuestro obispo, que fue pastor de Salamanca.

Ch.A.: ¿Te ha gustado como aparece el pastor Atilano Coco en la película “Mientras dure la guerra?”

R.L.: Sí, creo que está muy bien representado. Os contaba que Miguel de Unamuno llevaba en el bolsillo una carta que le había escrito la mujer de Coco, donde también garabateó sus palabras pronunciadas en el Paraninfo. Esa carta le llegó después de que un funcionario de la prisión avisara a doña Enriqueta de que Atilano podía ser fusilado y de que era necesario que hiciera todo lo posible por salvarlo. Ella, desesperada, acudió a don Miguel de Unamuno, quien guardó la carta en el bolsillo, quizás con la intención de entregársela a Millán-Astray o a Carmen Polo para que intercedieran por su amigo. Pero lo que vio y oyó en el Paraninfo, sumado al sentimiento de frustración por no poder hacer nada por él, lo llevó a estallar.

Ch.A.: ¿Cómo conoce Unamuno a Atilano Coco?

R.L.: Se dice que cuando lo vio en el Casino, con el alzacuellos, exclamó “¿A dónde va este imbécil?” o algo similar, y que cuando se enteró de que era el pastor protestante le pidió a sus compañeros que lo llamaran… Enseguida se percató de que era un hombre culto, honrado y firme, y se hicieron amigos. Curiosamente, Unamuno murió menos de un mes después que sus dos amigos, Atilano y su alumno, asesinado en Andalucía. Este último hecho lo altera la película, que se toma algunas licencias.

Ch.A.: ¿Te sientes identificado con Atilano Coco? Eres el pastor de sus dos iglesias.

R.L.: Sí, ciertamente, y cuando veo la película… cuando veo a la hija de Atilano veo a la mía.

Ch.A.: ¿Qué fue de sus hijos, de su viuda?

R.L.: Su hijo murió alrededor del 2000 y su hija vivió en Sevilla hasta su fallecimiento en 2021. Doña Enriqueta Carbonell nunca se casó ni pudo recibir una pensión de viudedad. A su marido no lo declararon muerto, sino que dijeron que lo habían liberado y que se había marchado a la zona republicana, como una forma de seguir castigando a la familia. No solo lo asesinaron, sino que también les impidieron guardar el luto o rehacer sus vidas. Fue una lógica realmente diabólica.

Ch.A.: Hay que conocer y respetar el nombre de Atilano Coco, y volviendo a la actualidad ¿Cómo se llega a la cesión de esta hermosa iglesia?

R.L.: El espacio de nuestra parroquia estaba entre el Paseo de Canalejas y el de San Antonio, pero el periodo después de la guerra y durante el franquismo fue realmente duro. No solo nos expropiaron las escuelas y propiedades, sino que también teníamos pastores jubilados sin seguridad social, que no cobraban pensión de jubilación. Tuvimos que hacer un fuerte gasto en ellos y en sus viudas hasta la muerte. La Parroquia de Salamanca se vio muy afectada y las propiedades se perdieron. Esto nos pasó factura, y aunque en 2005 la Iglesia logró abrir una Residencia de Estudiantes con el nombre de Atilano Coco, nuestra iglesia necesitaba recuperar cierta presencia social en la ciudad. Tuvimos una reunión con el Obispo Católico y mi Obispo, y la generosidad de la Iglesia Católica produjo el milagro. Nuestra Iglesia tiene presencia de nuevo en la ciudad para servirla y ser un referente.

Ch.A.: Me interesa mucho esta idea de buscar una “presencia social”.

R.L.: Buscamos una presencia social para ser una Comunidad al servicio de la sociedad salmantina. A veces parece que esta ciudad es muy conservadora, pero al entrar en ella se descubre que es mucho más plural y diversa. Te comentaba que el obispo comprende nuestra historia y nuestra situación, y que tiene una gran inquietud ecuménica que también comparte el Papa Francisco. La elección de la iglesia de Santo Tomás Cantuariense como sede de nuestra iglesia es como cerrar un círculo, ha sido una cesión generosa, una verdadera obra de Dios. Y tiene sentido porque es una iglesia construida por ingleses en la Edad Media, bajo la advocación de un santo inglés.

Carmen Borrego: La visita del Reverendo Robert Willis, Deán de la Catedral de Canterbury ha sido otro gran milagro…

R.L: ¿Sabíais que la iglesia que se cede a los católicos en la Catedral de Canterbury es la de Santo Tomás? No hay coincidencias. Los católicos han cedido a los anglicanos una parroquia con el mismo nombre que los anglicanos de Inglaterra a los católicos de Inglaterra. Es un ejemplo de ecumenismo y de armonía espiritual. Estamos en camino de superar la separación y el daño. Se dice que errar es humano, pero perseverar en el error es diabólico. Ahora todas las iglesias debemos aprender, unirnos, perdonar el error cometido y dejar de culparnos por las persecuciones del pasado. Solo así podremos restablecer los lazos, curar las heridas y confiar. Y por cierto, esta es la semana de la oración por la unidad de los cristianos.

Ch.A.: Este deseo de darse a conocer es un buen ejemplo de reestablecer lazos… y más ahora que hay elementos que nos unen aquí cerquita… en Las Claras…

R.L.: Imagina que soy un recién llegado a Salamanca, donde nadie me conoce, después de la pandemia. Recibo un mensaje de una persona llamada Miguel Ángel Martín Mas, que me pregunta si puede venir al Oficio. Él y Charo García de Arriba descubren la conexión de Las Claras con Tomás Becket, el arzobispo de Canterbury asesinado en el siglo XIII. Estamos en la Salamanca de Atilano Coco, el pastor protestante anglicano que fue fusilado en 1936 por defender la fe protestante en España. Es una ciudad mucho más abierta de lo que parece, con estudiantes a los que debemos atender. Creo que, al final, Atilano Coco dio la vida por sus creencias y esa sangre que derramó es el alimento que debe hacer florecer este momento donde todo tiene sentido.

Ch.A.: Y la visita del Señor Deán ha sido también un regalo en el momento justo.

R.L.: Observa que cuando el Reverendo Willis le recordó al señor Carlos Carbayo en la recepción del Ayuntamiento que en Salamanca habían fusilado a nuestro pastor, él respondió: “Y a nuestro alcalde, también”. Nos conmovió mucho. Tenemos un legado y una responsabilidad que deben forjar el presente y el futuro. Canterbury y Salamanca estuvieron unidas en algún momento y es nuestra responsabilidad descubrir y fomentar esa unión. De ahí la visita del Reverendo Willis, que ahora es emérito y viaja por el mundo llevando ese espíritu ecuménico del que hablábamos al principio. Es necesario hacer de Salamanca un punto de encuentro, una etapa de la peregrinación a Santiago, un lugar hermanado con Canterbury, porque ambas son ciudades muy similares. Es una labor muy hermosa que trasciende la religión y que expresa cultura, espiritualidad, historia, arte… porque una religión que no genera cultura ni unión está muerta.

Charo Alonso, Carmen Borrego.

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