Durante la velada hubo un recuerdo para el recientemente fallecido Jesús Sendín
El ciclo de pregones que va a ir acercando a Ciudad Rodrigo al Carnaval del Toro 2024 se abrió en la tarde-noche del jueves con la intervención promovida por la Asociación Cultural Carnavaldeltoro.es, que haciendo honor a su tradición (con Julete Moriche, Tato Galerías, Rebeca Jerez o el año pasado con Manuel Jesús González), volvió a salirse de los cánones clásicos, en este caso con una vanguardista puesta en escena de la mano de El Gran Chele.
Como es costumbre en esta Asociación, la velada arrancó tomando algo en El Sanatorio, a cuyas puertas se sacaron una primera foto de familia, en la que además del pregonero, fueron protagonistas los receptores en este 2024 del Reloj Suelto, el galardón que entrega Carnavaldeltoro.es a personas y entidades que han destacado por su labor de promoción, difusión y defensa del Carnaval.
Como ya se sabía, la Asociación ha decidido celebrar los 40 años que se cumplen en este 2024 de la recuperación de la clásica forma de encerrar a caballo (que se había perdido a finales de los 60) homenajeando a las familias promotoras, personalizadas en Manuel Montero ‘Perita’, Juan Luis Montero ‘Perita’, Andrés Sevillano ‘Sito Panza’, José Sevillano ‘Sito Panza’, Damián García, José Ramón Cid Cebrián y José Blanco ‘Pichoga’. A todos ellos se les impuso sobre el escenario del Teatro Nuevo el pañuelo oficial de la Asociación, y además tendrán el privilegio de dar el primer Campanazo del Carnaval 2024 en la tarde del viernes 9.
La exaltación del encierro a caballo mirobrigense se completó en el acto de la tarde-noche del jueves con el estreno de un espectacular vídeo de esa cita durante el Carnaval del año pasado, a base de imágenes grabadas con un dron y con una cámara colocada en la garrocha de uno de los encerradores, Christian Romo. El vídeo causó sensación, siendo muy aplaudido, debido a su “perspectiva inédita y espectacular”, como subrayó Iván Ramajo, presentador del acto.
Como es habitual, también se encargó de presentar al pregonero, incidiendo en que ha ganado en 5 ocasiones el Concurso de Carteles del Carnaval, incluido el del que no se celebró en 2021. El Gran Chele dividió su pregón en ‘Tres Tercios’ (de varas, de banderillas y de muerte), estando acompañado de un músico, Fran, que puso banda sonora a la mitad de cada uno de los tercios (que concluyeron con unos instantes únicamente de música), todo ello con los dos en una posición más centrada en el escenario, en el que lució de fondo un dibujo creado por el propio pregonero con el título de su disertación.
> El pregón
En lo que respecta al contenido, es difícil resumir una intervención con un carácter tan lírico, que se abrió con El Gran Chele hablando de Ciudad Rodrigo como “enigmática ciudad” y del Carnaval como “monstruo con miles de cabezas”.
Dentro del primer tercio, denominado de varas, señaló en torno a la ciudad que “en su lenta agonía, su débil corazón de piedra vuelve a sentir el calor de febrero. Y una campana vuelve a latir. Y el monstruo despierta. Y las notas que escucharon los abuelos de tus abuelos flotan de nuevo en el aire para que dejes de tener frío en los huesos y comiences a tener calor en la sangre”, del tal modo que “ya no duele el abandono, ni el olvido. Al menos por unos días, hasta que la campana se apague”.
Durante el Carnaval, “volvemos a ser la capital de todos los pecados capitales, con una máscara en la cara nos atrevemos a mirar a los ojos a Dios. Y le invitamos a compartir nuestra bota de vino. Ése es el secreto del Carnaval. Ésa es la razón por la que somos adictos a él. Porque el Carnaval nos convierte en dioses” con “divinidades procedentes de todos los infiernos” y “monstruos que salen de su letargo y se liberan de la prisión en la que nunca debieron dejarse encerrar”.
Asimismo están los “muertos vivientes cada día del año en sus trabajos, en sus casas, en sus sofás; zombies que despiertan cada vez que suena esa campana. Y la sangre vuelve a correr por sus venas. Y un pañuelo naranja sacude las telarañas de sus entrañas”.
El segundo de los tercios, de banderillas, tuvo como punto de partida “la reina de la noche”, la luna (que “el Águeda mece, complacido, entre las aguas”), en la cual habita “una pasión oscura que germina entre sus huesos de basalto y los resquebraja”: “Ciudad Rodrigo se vuelve a vestir de Carnaval”, en el que hay “criaturas atrapadas en un laberinto de ron barato, reguetón y bolsas del Mercadona”.
En este punto, El Gran Chele mencionó que “la ciudad gris deja de ser gris, se pinta del color del Carnaval”, que son todos: azul, “como el cielo castellano en el que flotan los lamentos que el viento de febrero se encarga de hacer desaparecer”; amarillo, “como la arena de una plaza atrapada en una época que no le pertenece”; verde, “como la envidia de la luna al ver una ciudad que usurpa su trono en mitad de la noche”; rojo, “como mil corazones latiendo a la vez”; negro, “como un toro que te mira a los ojos fijamente”; y finalmente naranja, “todo naranja. Un océano naranja”.
Dentro del tercer tercio, denominado de muerte, El Gran Chele relató que “toro y ciudad se funden en una danza hermosa y cruel: una pezuña acostumbrada al dulce y suave tacto del barro pisa por primera vez el duro y áspero asfalto de una calle que conduce hasta un altar de madera y clavos”, en el que “se venera a los dioses”, concluyendo que “el tiempo tiene el poder de convertir la locura en tradición, de convertir un animal en un ser mitológico”.
Como cierre, el pregonero hizo una larga enumeración de todo lo que es el Carnaval, siendo algunos ítems “viajar a mil lugares extraños/volver a casa cuando tú quieras/tachar los días del calendario/contar las noches que no recuerdas/volver hacia el origen del tiempo/cerrar tus ojos y tus heridas/perder todo aquello que recuerdas/ganar todo lo que se te olvida/tirar el reloj a la basura/pegarle a tu mente una paliza/vivir lo más rápido que puedas”, para al final “saber que el fin del mundo es miércoles de ceniza”.
El acto se cerró con la imposición a El Gran Chele del pañuelo de la Asociación y con un recuerdo por parte de Iván Ramajo al primer pregonero de la Asociación o Reloj Suelto ‘que falta’, Jesús Sendín, copromotor del almuerzo solidario de la mañana del Domingo de Carnaval, que falleció a principios de enero, y que hace 2 años fue distinguido con el Reloj Suelto junto a Felipe Antúnez. Finalizado el pregón, y tras las fotos de familia sobre el escenario, la Rondalla III Columnas apareció a las puertas del Teatro Nuevo para acompañar a los miembros de la Asociación, viviéndose unos festivos momentos.