Por qué si los amigos se acumulan
en monto equivalente a las estrellas
del cielo que rutilan por la noche,
no llevo a sus manos mi vigilia.
Por qué no represento una odisea
con rumbo a sus islas en los mares
aquí en la escena de un cuadro
pintado con pinceles de palabras.
Por qué no me dirijo a sus hogares
y dejo a sus puertas unas flores
que tengan una nota manuscrita.
Por qué no los saludo este día
que acaba con el año que inicia
en China y después en Salamanca.