El exitoso montaje cierra dos años con 195 representaciones en la provincia de Salamanca; su recorrido continuará en 2024
La iglesia parroquial de San Miguel Arcángel acogió en Villamayor el montaje de Denis Rafter "Buscando a Nebrija" interpretado por el grupo de teatro Lazarillo de Tormes con el patrocinio del Área de Cultura de la Diputación de Salamanca a petición del Ayuntamiento de la localidad.
Se trataba de la representación 195 de este exitoso montaje con la que se cierran los dos años dedicados a conmemorar el quinto centenario de Nebrija. Aunque es seguro que esta obra no termina aquí su recorrido ya que sigue teniendo compromisos y a principios de 2024 alcanzará las 200 representaciones.
En una de las poblaciones con más habitantes de nuestra provincia y limítrofe con la capital, el Día de los Inocentes un elenco de nueve actrices, actores y músicos, con su interpretación, puso voz y verdad, esa voz de Nebrija que en su tiempo muchos quisieron acallar ya que sin miedo y con audacia supo levantar en tantas situaciones en las que se hizo escuchar. Verdad que, a través de sus discursos, intentó explicar con el fin de que no fuera manipulada por otros. Nebrija, hombre de mente abierta y adelantado a su tiempo, intentó abrir fronteras buscando siempre un mayor crecimiento intelectual: “Quiero construir a mi país en un edificio moderno con materiales antiguos”. Seguro que cuando nuestro protagonista pensó en esta frase estaba rodeado en Salamanca de construcciones edificadas con la famosa piedra dorada de las canteras de Villamayor.
Voces e instrumentos suenan con exquisita maestría para enriquecer los distintos pasajes de esta representación que muestra el saber y el legado de este lebrijano al que tanto debemos. La música de su alumno Juan del Encina tiene mucha importancia en el desarrollo de la obra pues a través de ella se van encadenando las diferentes escenas en las que, en ciertos momentos, se hace también partícipe al espectador que se presta a ello con intriga y emoción.
El numeroso público villamayorino y capitalino, atento y entregado, demostró con una larga ovación la emoción vivida con esta obra que de manera directa llega a tantos y tan variados espectadores.