Agradezco que esta semana una niña de quince años me pidiera irla a buscar a Ponferrada después de una fuga de más de dos meses donde ha estado en gran peligro.
Sin poder ir a la casa paterna por protección de su infancia. Con los periódicos contando otra realidad. Se fue con un adulto desde las ferias buscando desesperadamente afecto y encontrando vicios de mayores.
Algunas dicen que trocitos de educadores hacen una familia. Pero no siempre es suficiente. Son niñas muy valiosas con mucho miedo al abandono de sus parejas y de sus amigas. Se convierten en relaciones muy controladoras.
Hablamos de salvarse por tribus. Porque salvarse por parejas a veces se hace tóxico. Pasan años con nosotros y luego se siguen encontrando y compartiendo trayectos de camino. Son nuevas familias.
Han sido abandonadas de sus familias biológicas, adoptivas, de acogida, de la escuela. ¿Con doce años e incluso menos es lícito atribuirles la culpa o criminalizarlas?.
¿ Qué funciona?. Darles seguridad con estudios adaptados a su vida, quererlas sin recriminarlas, buscar espacios de expresión artística, acompañarlas mientras liberan sus emociones, reforzarlas, empoderarlas, darles parcelas de responsabilidad.
Hoy hemos ido a montar a caballo, hecho estudio- terapia de grupo, deporte, excursión. Son días completos de vicios sanos.
La asamblea permite regular los maltratos, se establecen cómplices del buen trato. El mérito no está en el capricho sino en ser colaboradores para proteger a la vulnerable. Se descubren los celos como un signo de debilidad. ¿ Podríamos decir que la autoestima está en la soledad?. No regalar la intimidad, la dignidad, la compañía a depredadores. ¿ Cómo anticipar y hacer prevención?.
Leer, viajar, jugar con iguales. Supervisados y motivados temporalmente por adultos fiables con empatía.
Sentir que son importantes para alguien sin intereses oscuros, gratuitamente. Pueden ser musas del arte de educarnos los educadores y profesores.
No hay recetas. Pero se puede contagiar el cuidado. Hoy en el estudio empezábamos con Tolstoi. El secreto de la felicidad no está en hacer siempre lo que se quiere sino en querer siempre lo que se hace. De ahí se mezcla con redefiniciones personales, con matemáticas, ecología, medicina y una canción de Demi Lovato, Stone cold.
Un concurso y la conclusión que el cariño y la palabra pueden curar.