CULTURA
Actualizado 27/11/2023 09:13:30
Charo Alonso

Este martes, a las 19:30 horas, presenta su esperado nuevo libro de relatos Plegaria para pirómanos, en la Librería Letras Corsarias, en un acto presentado por Raúl Vacas

Nos iluminó a base de parpadeos con la velocidad propia de los jardines donde florece su prosa insólita de hallazgos deslumbrantes, de placeres más allá de la narrativa. La plegaria era nuestra para volver a leer los cuentos de un autor que abrasa todas nuestras certidumbres como lectores. Un pirómano dueño de una voz serena y agradecida. Nueve cuentos magníficamente editados, como no puede ser menos en estas “Páginas de Espuma”. Nueve cuentos enlazados con un personaje, Erizo, trasunto de un Eloy que regresa con esa prosa escueta plena de referencias que nos hacen, renglón a renglón, la biografía de nuestra memoria lectora herida y no leve por su talento. El cuento contemporáneo tiene un nombre: el de Eloy Tizón, el martes 28, en la cubierta generosa de la librería que no cesa.

Charo Alonso: ¿Feliz de regresar a Salamanca, a Letras Corsarias?

Eloy Tizón: Mucho. Es una librería en la que siempre me he sentido muy bien acogido. Por el hermoso espacio, la respuesta cálida de los lectores (bastantes de ellos ya conocidos) y la presencia al frente de Rafa, el librero, que es un estímulo intelectual y amistoso.

Ch.A.: Nos hemos acostumbrado a que sus cuentos sean un ejercicio de placer no tanto narrativo por lo que va a pasar después, sino verbal, pero es cierto que nos gustaría saber qué sucederá con este protagonista de los relatos, Erizo…

E.T.: Agradezco su valoración. Es cierto que en mis cuentos el peso del argumento no es lo más importante. Me basta con que haya un ligero hilo narrativo. Sin embargo, en este caso aparece un personaje recurrente, Erizo, que le da unidad al libro. ¿Quién es Erizo? De eso trata Plegaria para pirómanos. Del misterio de la identidad.

Ch.A.: Este personaje a la manera galdosiana ¿es en cierta manera un reflejo del hombre de nuestros días, desorientado, superado por las circunstancias?

E.T.: Sí, lo veo como una encarnación del sujeto contemporáneo; podría ser cualquiera de nosotros. Su vida (o mejor: sus vidas) son un mosaico de piezas sueltas, mal encajadas, sin demasiada conexión unas con otras, que no conforman una unidad de sentido.

Ch.A.: En estos relatos hay una referencia constante a películas, libros, naturalmente, y hasta publicidad. Para los lectores es muy atractivo, pero también nos hace pensar que hay cosas que ya son un clásico. ¿Leer la referencia es una forma de hacer nuestra historia reciente?

E.T.: No lo puedo evitar. Esas referencias surgen de manera espontánea durante el proceso de escritura. No pretendo dármelas de erudito, sino más bien recordar que todos esos libros, películas, canciones, anuncios, etcétera, no son solo cultura, sino que forman parte de nuestra memoria afectiva común, son parte de nuestro cuerpo y nuestros tejidos y –hasta me atrevería a decir– circulan por nuestra sangre.

Ch.A.: Sus cuatro libros de cuentos son un regalo permanente; sin embargo, ¿cómo consigue sustraerse a la prisa de publicar a menudo?

E.T.: Ja, ja. No me cuesta mucho, la verdad. Trato de ser honesto con el material que tengo entre manos. Darle todo el tiempo que necesite, poco o mucho, para que pueda desarrollarse y alcanzar todo su potencial. Podría publicar más a menudo, pero seguro que el resultado sería peor. Eso, ¿qué sentido tiene? Para mí, ninguno.

Ch.A.: Arte y alquimia made in Tizón para retratar la vida cotidiana ¿Es el cuento el género adecuado a nuestra vida apresurada, a nuestro breve tiempo de lectura?

E.T.: El cuento es el género ideal. Es muy versátil, permite una enorme flexibilidad, al tiempo que ofrece grandes posibilidades técnicas para ensayar cosas nuevas, experimentar, todo ello desde la sutileza y la economía de medios, sin necesidad de abrumar al lector con tochos verborreicos. En pocas páginas se comprime un universo. Llevo casi toda mi vida adulta escribiendo y leyendo cuentos y aún no sé qué es un cuento. Esa indeterminación me fascina. Mantengo intacta mi fe en la literatura.

Ch.A.: Un título hermoso y una portada fantástica ¿Cómo se llegó a estos dos aciertos tan absolutos?

E.T.: Muchas gracias. Los dos son responsabilidad mía, aprobados con entusiasmo por mis editores, claro está. El título tiene algo de don, de regalo imprevisto: aparece de golpe, un día, sin previo aviso, y se instala en la conciencia. Una vez allí, ya es imposible descartarlo: tiene que ser ese título y no otro sin más remedio, como una fatalidad. La imagen de cubierta se debe a mis vagabundeos por las redes sociales, en este caso Instagram, que me llevó a descubrir el majestuoso trabajo de la artista plástica Andrea Torres Balaguer. Es una imagen rotunda –moderna y clásica a la vez–, de la que resulta difícil no enamorarse. Todo un hallazgo que enriquece el libro.

Ch.A.: Mi cuento favorito es “Dichosos los ojos”. Después de leer algo que nos deslumbra, ¿cómo salir del libro y ver la vida de otra manera?

E.T.: Se lo agradezco. Es el cuento menos narrativo y más lírico del conjunto. Una enumeración poética de lo que hemos visto, que también aspira a ser una celebración gozosa del mundo y los sentidos. La literatura, el arte en general, tiene ese poder alucinógeno de cambiarnos la mirada. Después de una revelación, ya no volvemos a ser los mismos.

Ch.A.: Cerramos con un relato en la boca de Leonard Cohen ¿Cómo se decidió por él en concreto y cómo asumió tan sencillamente su voz?

E.T.: Es una figura que siempre ha estado presente a lo largo de mi vida, desde muy temprano. Podría decirse que es una sombra tutelar. No solo a través de sus canciones, sino también de su obra literaria, poemas y novelas, e incluso de sus entrevistas, que he leído con mucho interés. Tengo la sensación –tal vez descabellada– de que lo conozco bien. Esto me ha permitido meterme en su voz y su mirada sin demasiados traumas. Me probé su sombrero ante el espejo (me quedaba mal) y pensé: ¿por qué no?

Ch.A.: Y la pregunta consabida, casi obligada ¿Se puede enseñar a escribir un buen relato?

E.T.: A esa pregunta no es posible responder con un monosílabo. Creo que sí es factible afinar el talento, depurarlo de impurezas, agrandarlo mediante lecturas, orientación y estímulos. Pero la materia prima de base, la sensibilidad original, tiene que existir, o de otro modo sería imposible. Digamos que el talento no se puede inventar, pero sí engrandecer.

Eloy Tizón, presenta este martes, a las 19:30 horas, su esperado nuevo libro de relatos 'Plegaria para pirómanos', en la Librería Letras Corsarias (calle Rector Lucena 1), en un acto presentado por Raúl Vacas.

Charo Alonso.

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