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LA SIERRA
Actualizado 05/11/2023 12:06:48
Redacción

Rosa Gómez, creativa gráfica de La Alberca rompe los esquemas convencionales de la mujer rural y cumple 10 años con su misión de mostrar las tradiciones de estos municipios desde otra perspectiva

Charlar unos minutos con Rosa Gómez, fotógrafa y creativa afincada en el municipio serrano de La Alberca es sumergirse en un mundo de detalles, de pasión, de aprender a mirar lo de “siempre” con otros ojos. Y todo esto se refleja en sus trabajos, en su manera de expresarse y de convertir un encuentro con ella en un instante casi mágico.

Pregunta: Rosa, ¿Te consideras parte del cambio que la sociedad tenia (o aún tiene) de la mujer rural, dejando de asociarla a las labores tradicionales?

Pues me alegra que me hagas esta pregunta, porque es algo que he hablado con mujeres de esta zona. Creo que sí ha habido un cambio y queremos reflejarlo. Obviamente en el mundo rural existe la mujer campesina, la mujer agricultora y ganadera, pero también es importante dar visibilidad a otras profesiones, en mi caso como fotógrafa y creativa, y mostrar que somos mujeres que vivimos en zonas rurales preparadas desde diversos puntos de vista y no tenemos nada que envidiar a las que están en grandes ciudades. Nosotras hemos apostado por el pueblo, por nuestras raíces.

Has vivido en países como Bélgica, Canadá o Estados Unidos, ahora resides en La Alberca ¿Cómo ve la Rosa Gómez de hoy todo ese viaje recorrido hasta ahora?

A veces da un poco de vértigo, no te voy a engañar. Te puedes plantear si tomé la decisión adecuada, de si allí hubiese tenido más oportunidades… sin embargo, tenía muy claro que quería regresar, desde niña o adolescente cuando estudiaba en Salamanca ya lo pensaba. Y cuando llegué a la fase adulta de mi vida, tuve claro que toda esa formación que recibí en el extranjero tenia que caer de alguna manera en mis raíces, a mi yo más íntimo. Y creo que está dando sus frutos (afirma mientras una leve sonrisa se asoma en su rostro).

Voy a seguir esta entrevista siguiendo lo que puedo entrever en esa sonrisa, en esa Rosa que cuando era niña jugaba por las calles en las que ahora vive…

Fíjate que, aunque la esencia es la misma, La Alberca de ahora y la de entonces, son muy distintas. En la de antes podías disfrutar siendo niña con libertad, jugando en la calle, en la naturaleza, siendo unos niños muy auténticos y con una bondad verdadera. Esa infancia me ha marcado como soy, esa esencia del pueblo me hace ser diferente, Pero obviamente, haber viajado fuera y formarme me ha ayudado a evolucionar en todos los aspectos, todo suma, pero no cambiaría por nada mi niñez aquí. Es mi particular tesoro.

Rosa, vamos a hablar de fotografía, pero lo primero que me gustaría saber es ¿Cómo llegas a ella? Porque tu formación académica te llevaba por otros caminos…

Pues mira llegue al mundo de la imagen de una manera curiosa. Yo estudié Turismo y Filología Hispánica porque quería viajar por el mundo. Pero cuando realizaba esos viajes, observaba y necesitaba de alguna forma plasmar lo que veía y mi formar de ser, que es muy intimista e introspectiva, me acercó a la fotografía de forma muy personal. Posteriormente, ya en Salamanca, pasé por un periódico como redactora y veían en mis fotografías ese yo interior, mis emociones y sentimientos. El director de ese medio se percató de ello y cada vez me pedían más esas fotografías que hacia de la vida en la Sierra de Francia y poco a poco, el mundo me fue poniendo en mi lugar.

Cumples 10 años de tu proyecto “Antropología Visual” ¿Qué balance haces?

Es un proyecto que vino al mundo de manera natural y estos años se han pasado volando (ríe). Tengo un archivo muy amplio, la mayoría inédito y estoy muy orgullosa de él. He realizado un corpus documental muy importante que creo que se valorará más en el futuro que ahora, pero estoy satisfecha porque sin querer, he hecho lo que tenia en mi mente cuando toda esta idea se formó en mi cabeza.

Rosa ¿Cómo consigues ver lo que los demás no conseguimos ver de estas tradiciones tan arraigadas en nuestro ADN?

Quizás sea porque en mi interior llevo la esencia serrana, me explico: No sólo el hecho de haber pasado mi infancia aquí, es que yo he vivido todas estas tradiciones y al final te marca. A ello se une que tengo una sensibilidad especial para todo, aunque eso a veces me haga sentir un poco vulnerable, y esta cualidad me hace reflejar mi trabajo desde una visión más intima. Es inevitable, porque detrás de la cámara está una persona y mi “yo” está en cada fotografía. Cuando fotografío a una persona hay un instante en que estoy enamorado de ella.

La última pregunta: ¿Qué significan para ti fe, tradición y amor?

Pues esos tres conceptos van unidos, son intrínsecos al albercano: Esa fe, la devoción, los sentimientos… se vive desde que somos pequeños y salta de generación en generación, no sabría definirlas por separado, pero si sé lo que generan en el interior de nosotros, es casi una forma de ser serranos y que se refleja en el rasgo ancestral que tiene la Sierra de Francia, que a veces no valoramos y que quiero mostrar de una manera global, sin olvidar lo local, pero apostando por lo universal.

Rosa apura un café mientras la conversación deriva por los reconocimientos internacionales a su trabajo, antes de invitarnos a recorrer con ella “su pueblo serrano”, sumergirnos en La Alberca y sus calles viajando en sus recuerdos, en su presente, en su amor por esos empedrados, por esa naturaleza que en definitiva han esculpido a la mujer que cámara en mano, es capaz de capturar el alma y la esencia de cada instante.

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