El acto ha sido recibido por un fuerte aplauso de los asistentes, entre los que estaba el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez
La Princesa Leonor ha jurado la Constitución este martes tal y como estipula la Carta Magna que debe hacer el heredero del trono al alcanzar la mayoría de edad, como es el caso de la Princesa de Asturias, que cumple este 31 de octubre los 18 años.
Sobre el mismo ejemplar en que lo hizo su padre el 30 de enero de 1986, al que se le ha añadido un encarte de las reformas de los artículos 13 y 135, las únicas aprobadas hasta ahora, la Princesa de Asturias ha pronunciado el juramento que también en su día realizó este.
"Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas, y fidelidad al Rey", ha afirmado la heredera, ante la atenta mirada de sus padres, los Reyes Felipe VI y Letizia, y su hermana, la Infanta Sofía.
El juramento ha sido recibido por un fuerte aplauso de los asistentes, entre los que estaba el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y el grueso de sus ministros, con la excepción de las dos de Podemos, Ione Belarra e Irene Montero, y el de Izquierda Unida, Alberto Garzón.
A la sesión solemne de Congreso y Senado en la sede de la Cámara Baja tampoco han acudido representantes de ERC, Junts, EH Bildu, PNV y BNG. Entre los presidentes autonómicos, a las ausencias por motivos ideológicos del lehendakari, Íñigo Urkullu, y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, se ha sumado la de Cantabria, María José Saénz de Buruaga, ya que el gobierno cántabro tiene que aprobar hoy su presupuesto.
Una vez concluido el juramento propiamente dicho, la Princesa de Asturias recibía de manos de la presidenta del Congreso, Francina Armengol, y del presidente del Senado, Pedro Rollán, las medallas de cada una de las cámaras. Unas medallas que ha portado durante el acto el Rey Felipe VI, al igual que el Toisón de Oro.
También la heredera ha portado esta condecoración que le impuso el monarca con motivo de su 50 aniversario en 2018 a la espera de recibir en una posterior ceremonia en el Palacio Real el collar de la Orden de Carlos III.