Un reciente estudio revela que seis de cada diez españoles adultos recuerda situaciones de acoso durante su etapa escolar
Cada primer jueves de noviembre el mundo celebra el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, que incluye también el Ciberacoso. Por desgracia cada vez hay más casos y más graves, por eso, el objetivo es acabar de una vez por todas con este tipo de violencia, que afecta a la población infantil a nivel mundial y que provoca terribles secuelas psicológicas de por vida.
El lema de este año es ‘No hay lugar para el miedo: poner fin a la violencia escolar para mejorar la salud mental y el aprendizaje’.
En Salamanca también está muy presente. Hace unas semanas, en unas declaraciones a este medio de comunicación, la Asociación Salmantina Contra el Bullying y Ciberbullying (ASCBYC) aseguraban que “no tenemos vacaciones”.
“Nos llegan muchos casos, cada vez y prácticamente todas las semanas tenemos más de un caso nuevo”, aseguraban. “Que se hable más de ello ahora o que se conozca más a la asociación es probable. Pero nuestra agenda nos muestra que los casos no han bajado, sino todo lo contrario”, es su deseo.
En este casi, el reciente 'IV Estudio sobre la percepción del bullying en la sociedad española', recogido por Europa Press, elaborado por Totto y Educar es Todo, recoge que sufrir este tipo de acoso marca a la persona de por vida.
Precisamente, entre los adultos que sufrieron bullying en la escuela, un 92% afirma que esta situación ha tenido consecuencias en su vida de adulto. Además, el 50% de los adultos que reconoce haber sufrido acoso escolar en su infancia no se lo contó a nadie. No obstante, en la acutalidad, el 52 % de los niños encuestados afirma que, si en sus colegios hay casos de bullying, lo solucionan rápidamente.
De entre los adultos que fueron víctima en su etapa educativa un 70% dice haber sufrido acoso psicológico, un 46% acoso verbal, un 39% fue víctima de acoso social, principalmente a través de la exclusión, y un 26% recibió agresiones físicas.
Entre los adultos que sufrieron de bullying, su manera de afrontarlo conllevó una mezcla de respuestas. Principalmente, el acoso finalizó poco a poco (73%), el 52% reconoce que no supo cómo afrontarlo, el 46% llegó a enfrentarse a los acosadores, el 42% lo contó en casa y el 33% dice que sus amigos le ayudaron a afrontarlo. Sólo el 14% acudió al psicólogo o lo denunció y hasta un 13% tuvo que cambiar de centro y un 9% incluso de barrio.
Los adultos que han sufrido bullying en la infancia han contado cómo vivieron esa situación: El 43% se sintió triste, el 36% solo, el 34% impotente, el 33% inferior, un 12% lloraba constantemente, el 5% pensó que los acosadores tenían razón y un 4% pensó en suicidarse.
Casi seis de cada diez españoles adultos recuerda situaciones de acoso durante su etapa escolar, aunque por aquel entonces no se denominaba así. Hoy, el 38% de los padres con hijos en edad escolar afirma tener constancia de alguna situación de acoso escolar en el centro educativo de sus hijos.
Entre el 59% de adultos que durante su etapa escolar ha sido testigo de situaciones de acoso, un 57% reconoce que optó por no intervenir, ya que consideraba que era mejor no involucrarse. En este contexto, solo el 28% de los adultos asegura que los profesores hicieron algo frente a estos casos de acoso.