En el fútbol base, hay que cumplir unas premisas pero es difícil, muy difícil. Sobre todo por parte de los padres que, cuando tienen un hijo que le da derecho al balón, ya piensan que su hijo es una vaca que le rendirá muchos litros de leche en el futuro y sus comportamientos acaban perjudicando en su mayoría a los propios niños. Porque, en torno a una futura promesa del fútbol se conjugan un sin fin de circunstancias, de intereses, de causas y efectos, que nadie es capaz de aventurar a ciencia cierta.
Hace unas fechas que Pacheta, recientemente fichado por el Villarreal de Primera División, aludía sobre el fútbol base: “De un millón de jugadores llega uno o dos”. Y ampliaba: “No hay que tener prisa en el fútbol base”. Estas reflexiones las hacía el técnico en el año 2020 cuando era técnico del Elche. “Ni jugadores ni agentes ni padres ni abuelos ni tíos ni amigos ni primos. ¡Que volvemos loco al futbolista! ¿Qué prisa hay? Joder. Ven una prisa… Bueno pues sigue, tú sigue. Es que me ofrecen… pues tira, vete”.
“Yo he sido director deportivo tres años. Y tres de adjunto al director deportivo manejando el fútbol base. ¿Te quieres ir? Vete. Arrea, arrea. De un millón de jugadores llega uno o dos. Por estadística no voy a fallar. Si eres ese… Ya está. Paz, quietos, quietos en casa. Estudia, crece… Se van, no estudian, ¿con 22 años qué? No son futbolistas ni ingeniero… Y tengo hijos también, eh. Paz con los niños. Paz. Quietos. Buah me voy que me han ofrecido en Manchester… y a los 6 meses vuelve. ¿La experiencia única, eh? Ha dejado de estudiar… ha dejado… todo. Tranquilos con los niños. Quietos!”
Salamanca, 11. Octubre. 2023.