La semana pasada pretendía concienciarnos de una de las muchas alarmas sociales. La pirámide de población se queda sin una base sólida, nacen muy pocos bebes. Si usted la examina vera que YA NO ES UNA PIRÁMIDE. El cuerpo es lo más gordo y ya no tiene pico, porque nacen menos de los que mueren.
Hay más perros que niños y sobran escuelas ¿Es esto propia de una sociedad con futuro?
Citábamos las razones bien conocidas y dedicábamos el texto a la importancia de los valores, hoy en retroceso: la fecundidad y la maternidad.
Como unas causas llevan a otras, el resultado es que nacen pocos niños y muchos nacen de madres mayores.
La media del primer nacimiento oscila entre los 31-32 años de la madre.
La ciencia y la tecnología permite hoy que casi no muera ningún nacido y que las madres puedan tener hijos hasta edades avanzadas. Gracias a la ciencia. Po ora parte, respetamos a las madres que deciden tener hijos siendo un poco o muy mayores.
Es un derecho individual y de las parejas Pero es un problema social, desde varios puntos e vista.
Los pediatras, unos profesionales que tienen una mentalidad y actitud profesional muy adecuada, no dejan de decir que:
-Nacen más niños con bajo peso.
-Nacen con más necesidad de apoyo en los primeros meses y años.
Es decir, nuestra sociedad no está bien organizada ni tiene fuertes valores como para que la mayoría de los nacidos tengan madres jóvenes.
¿Cuánto de jóvenes?
Por razones biológicas las madres podrían ser muy jóvenes. Pero por razones sociales (tener menos recursos, más embarazos no deseados, en mayor número de casos se cuidarían ellas menos durante el embarazo, la inestabilidad mayor de las parejas, la adolescencia se ha alargado mucho, la falta de recursos de las madres jóvenes, etc.) los riesgos sociales son, de hecho, mayores en las madres muy jóvenes.
Las estadísticas suelen señalar la edad inicial más deseable a partir de los 24. Como en este caso hablamos de razones sociales, quiere decir que estás apreciación es tan flexible como son las causas sociales.
En la parte alta del intervalo, el primer hijo, depende también de factores sociales y sanitarios, pero no se pueden desdeñar los biológicos. Por eso, se señalan los 28 y 30 años, como el final del intervalo biológico óptimo.
Una vez más, es importante que, reconociendo lo mucho que ha mejorado nuestra sociedad, dejemos de sacralizar el llamado progreso y seamos críticos, pensando también en la infancia y tantas cosas que podríamos mejorar.
Una sociedad en la que nacen tan pocos y tan tarde no es precisamente un progreso.
El problema no es solo de los futuros pensionistas, como se dice tantas veces, sino un posible problema para la infancia.
Deberíamos pensar en las mejores condiciones para nacer y para cuidar a cada persona que nace. Lo que significa que la sociedad debería crear las mejores condiciones para ser madres.
La biología tiene sus reglas y aunque la ciencia ha conseguido grandes logros, no deberíamos olvidarnos de la infancia que, como resultado, tiene madres y padres mayores y abuelos más viejos o ya muertos.
La sociedad actual, y muy especialmente en España, ha alargado la adolescencia, con jóvenes que no trabajan o hacen un master tras otro. Los gobiernos son impotentes ante este problema y lo que se le ocurre, como acaba de pasar en nuestro caso, es darle 400 euros para que se los gasten en conciertos, etc. Yo no tengo nada contra los conciertos, pero hacer esto esperando sus votos es un reflejo grave de nuestra miseria y la idea de cultura que tienen nuestro egregio ministro de cultura y su jefe.
Un número significativo de jóvenes están subvencionados por los padres y no pocos abuelos, sin horizonte y sin trabajo, sin posibilidad de ser autónomos, Por otra parte, han sido educados en la abundancia, sin haberles enseñado a cuidar a los demás y trabajar en lo que sea, mientras se abren camino.
Hay muchos jóvenes que se esfuerzan y encuentran trabajo, pero no pueden ganar para alquilar una vivienda, ni llegar a final de mes ¿Cómo pensar en la maternidad y paternidad?
¿Por qué hay muchos adolescentes y jóvenes que tienen ideas suicidas y demasiados que, de hecho, se suicidan?
¿Cómo pueden hablar de igualdad, justicia y progreso nuestros políticos?
Los adultos debiéramos sentirnos abochornados de este problema en el que España es el país peor situado de Europa. Y los políticos darle prioridad.
¿Cuál son y cuáles cree usted que debieran ser las prioridades de nuestros políticos?