La Inteligencia Artificial ya está consiguiendo grandes avances en la ciencia y en la técnica que repercuten en muchos ámbitos de la vida humana como son, por ejemplo, la medicina y el medio ambiente. Por supuesto son grandes avances para la humanidad, pero desde el pinto de la ética son unos avances peligrosos. Las empresas, los estados o incluso personas particulares pueden cometer desmanes, crímenes o actos inmorales contra sus adversarios o contra personas inocentes que no pueden defenderse. De hecho ya hoy los Estados Unidos y China compiten en el dominio de estas técnicas porque intuyen que quien domine su posesión y manejo dominará el mundo del futuro. Por consiguiente la Inteligencia Artificial hay que controlarla por imperativo ético.
El hombre ha de ser capaz de controlarla, o, lo que es más real, hay que controlar la inteligencia y la voluntad de los hombres que la hacen y la manejan. No soy yo el que lo dice, me atengo a los que tienen conocimiento y autoridad en esta materia de importancia vital para la humanidad en estos momentos históricos. Hoy citaré una frase de Fadi Chehadé, egipcio de origen libanes residente en Estados Unidos. Ha tenido y tiene altos cargos en organismos de Internet y para resumir su competencia y autoridad baste decir ahora que es uno de los principales asesores de la ONU en esta materia y uno de los hombres más preocupados por la ética en relación a la Inteligencia Artificial. Ahora sólo una frase que tomo de una entrevista que se le ha hecho y se ha publicado recientemente en la revista Ciudad Nueva. Dice: “Me preocupa que la Inteligencia Artificial se utilice para la competencia brutal entre países poderosos”.