«En Chechenia no hay gays y, en caso de que los hubiera, desearía que fueran expulsados, que se los lleven a Canadá para purificar nuestra sangre».
Jorge Hernández Sánchez
Defensor de los Derechos Humanos
La situación del colectivo LGTBIQ+ en Chechenia ha sido y es motivo de gran preocupación y denuncia en los últimos años debido a la persecución y violencia que han sufrido homosexuales, bisexuales y transexuales en la región. Desde el año 2017 se han estado reportando detenciones arbitrarias y asesinatos extrajudiciales; además, también se han reportado torturas y desapariciones forzadas por parte de las autoridades del país. Según informes de organizaciones de derechos humanos, y de Amnistía Internacional entre ellas, las víctimas son sometidas a violaciones, palizas, descargas eléctricas… Torturas despiadadas. Se ha llegado a hablar inclusive de una purga o eliminación del colectivo. No podemos olvidar que es muy difícil recabar toda la información y lo que sucede más allá de estos hechos, ya que es un territorio al que los activistas no pueden acceder fácilmente para realizar investigaciones pues están vetados.
La homofobia en Chechenia es generalizada y es un tabú debido a su sociedad altamente conservadora. La situación se ha visto agravada debido al liderazgo de Ramzan Kadyrov y su gobierno; ellos mismos han negado la existencia de personas homosexuales en la región y además han justificado la violencia contra ellos porque alegan que protegen la moral y las tradiciones del país. En una entrevista para la cadena estadounidense HBO, el presidente checheno afirmó lo siguiente: «los homosexuales son demonios, no personas».
Las denuncias que se han realizado sobre esta situación han sido respaldas por numerosos gobiernos y organizaciones, que han exigido que el gobierno ruso tome medidas para detener esta espiral de violencia y proteger los derechos humanos. Sin embargo, al ser un hombre fuerte para Putin y controlar el país como él requiere, no se han logrado grandes cambios. Por tanto, la situación sigue siendo ciertamente muy preocupante. Chechenia y su líder siguen negando, pese a todo esto, que existan homosexuales en su país: «En Chechenia no hay gays y en caso de que los hubiera, desearía que fueran expulsados, que se los lleven a Canadá para purificar nuestra sangre», afirmaba Ramzan Kadyrov ante las acusaciones de Estados Unidos.
Lo cierto es que las víctimas y sus familias se enfrentan a amenazas y represalias si hablan públicamente sobre su situación. Las autoridades de Chechenia impiden que las víctimas huyan de la región o que denuncien los hechos, por lo que destruyen o confiscan documentos de identificación o les presionan con procesamientos penales. La situación de Chechenia es un recordatorio muy crudo sobre cómo la lucha por los derechos humanos y LGTBIQ+ sigue siendo muy necesaria en todo el mundo. Es de relevancia mundial que los gobiernos y organizaciones internacionales continúen con sus denuncias ante la situación que azota a Chechenia. Se deben seguir realizando exigencias y medidas concretas para proteger los derechos de todos los individuos, sin importar la orientación sexual o identidad de género.