Vivimos en un mundo estresado y eso se observa en la mayor parte de las manifestaciones de la vida humana, vegetal, animal e incluso en la meterológica. Habitualmente, septiembre ha sido siempre un mes con cierta inestabilidad. Con la caída de las temperaturas iniciadas a finales de agosto, se iniciaba septiembre con lluvias y se solía terminar con el “Veranillo de San Miguel” en los últimos días del mes que, a quienes nos gusta el sol, volvíamos a la alegría de vivir tomándolo en su plenitud casi veraniega.
Ahora, septiembre es un mes de contrastes, evidenciados por lluvias intensas de 84 litros por metro cuadrado en el archipiélago balear, mientras que en la provincia de Girona se establece el estado de emergencia en la fase más extrema de restricciones, debido a la sequía. La guerra por el agua está servida, la ponen de relieve los agricultores de la zona, que entienden el no poder regar sus cultivos, pero se lamentan y critican que no se presione de igual forma a sectores como el turismo, sin tener en cuenta que muchos pueblos de la zona ya sufren de restricciones para el consumo humano.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) avisa sobre anomalía previstas con un subidón de las temperaturas para los últimos días de septiembre. Se superarán los 25ºC en amplias zonas del territorio nacional y los 30 a 32ºC en los valles del Guadalquivir y del Guadiana, mientras que las temperaturas nocturnas bajarán, con valores inferiores a 10 grados en algunas partes del país y habrá lluvias débiles y aisladas en puntos de Cataluña y Baleares. Contrastes meteorológicos, contrastes.
Los científico se han visto sorprendidos por el incremento inesperado de la actividad solar que en los últimos meses ha sido la más alta de los últimos 20 años, aumentando el conocido como “Riesgo Geomagnético”, traducido en un aumento de llamaradas solares y de expulsiones de masa coronal, que son fenómenos en los que el Sol lanza al espacio grandes flujos de radiación y de partículas. Confiemos en que el “Veranillo San Miguel” de este 2023 no nos arrastre al estrés térmico tan generalizado durante el verano que, astronómicamente y para el hemisferio norte, termina el día 23 de septiembre, dando paso al equinoccio de otoño y que deja atrás la temperatura media más alta registrada en la Tierra durante el mes de julio, según el Servicio de Cambio Climático Copernicus europeo.
Llegados aquí y para centrarnos en el titular sobre el estrés térmico y la vida saludable, cabe preguntarse ¿qué es el estrés? Se dice que el estrés es una tensión debida a situaciones agobiantes que generan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos. Puede provenir de cualquier pensamiento, situación o circunstancia que le ponga a uno nervioso, furioso o te haga sentirte frustrado. Es la reacción de tu cuerpo a un desafío o demanda. Dice la neurociencia que cuando se da en pequeñas dosis o episodios el estrés puede ser positivo, porque te ayuda a reaccionar ante el peligro y a cumplir unos objetivos. Es una palabra que podríamos decir que está de moda. Se utiliza abundantemente en todos los campos y circunstancias, desde la salud personal hasta el estrés posvacacional, pasando por la capacidad de resistencia de un banco o el porqué un futbolista no mete goles, entre otras muchas circunstancias. Hoy se habla mucho de la ansiedad y la depresión producidas por el estrés que tenemos frente a la emergencia climática.
Y, por extensión ¿qué es el estrés térmico? Se podría definir como el malestar que se percibe por desajuste de temperatura en el cuerpo humano, ya sea por pérdida o por acumulación excesiva de calor. Hay que tener en cuenta que el calor no viene determinado solo por la temperatura, también influyen la radiación, el viento y la humedad.
Una de las circunstancias más frecuentes en las que se da el estrés térmico es en la existencia de ambientes de trabajo no adecuados para desarrollar una tarea y servicio concreto donde, además de las condiciones climatológicas, también influyen las circunstancias personales de cada uno como la posible edad avanzada, hidratación , obesidad, ingerencia de alcohol o toma de medicamentos.
Para los expertos, el estrés térmico es uno de los efectos secundarios del calor extremo. Bajo los efectos de este tipo de estrés se desarrollan estados de ánimo de irritabilidad, agresividad, dificultad para conciliar el sueño, puede exacerbar los efectos de enfermedades mentales previas como la ansiedad, depresión, esquizofrenias o el incremento de las ideas de suicidio. Un estudio publicado por el diario argentino Infobae, indica que por cada grado que aumenta la temperatura media, aumenta un 5% el riesgo de muerte derivada de los efectos mentales del calor, un 0,7% los suicidios y entre un 4 y un 6% la violencia interpersonal en las relaciones.
De igual forma, llama la atención otro estudio publicado en la revista JAMA Psychiatry, dice que los autores de una investigación, llevada a cabo analizando el historial médico de 2,2 millones de adultos que acudieron al médico en Estados Unidos entre 2010 y 2019, llegaron a la conclusión de que aumentaron un 8% las visitas a urgencias por diversos problemas de salud, durante los días más calurosos del año y que las visitas por problemas como ansiedad, autolesiones, esquizofrenia o trastornos de ánimo, aumentaron de forma proporcional al aumento de la temperatura. El mismo estudio determinó que los efectos del calor se empiezan a notar a partir de los 32 grados. Cada grado de más, aumenta el estrés del cerebro para regular la temperatura del cuerpo.
¿Cómo evolucionará el estrés térmico? Sin pretender ser agorero, todo parece indicar que a peor, dado el incremento de las temperaturas. Especialmente en las ciudades donde a determinada horas del día la vida en la calle será difícil, como también lo será el conciliar el sueño nocturno necesario y reparador, debido a las altas temperaturas. Todos estamos llamados a poner de nuestra parte lo que buenamente podamos para atender a la emergencia climática que, entre otras muchas cosas, incrementa el estrés térmico.
Escuchemos Música Relajante para Aliviar el Estrés y la Ansiedad:
https://www.youtube.com/watch?v=i7El9YzjV2k
Aguadero@acta.es
© Francisco Aguadero Fernández, 22 de septiembre de 2023