El precio medio del alquiler de una habitación es además un cuatro por ciento más caro para los estudiantes
Salamanca es la única ciudad española que ofrece más habitaciones en pisos compartidos para estudiantes que para trabajadores. Además, el precio medio para los primeros es un cuatro por ciento más alto. Así se recoge en un estudio de Idealista.
En el conjunto nacional, únicamente el 32% de los anuncios de habitaciones en pisos compartidos explicitan su preferencia por convivir con estudiantes, según dicho estudio. En este sentido, el 46% de las habitaciones anunciadas solicitan nuevos inquilinos trabajadores, mientras que el 22% se muestra indiferente. Por el contrario, la demanda de este tipo de solución habitacional está repartida al 35% entre estudiantes y trabajadores, mientras que el 30% de los que buscan no muestra preferencias. En cuanto a los precios a nivel nacional no se observan diferencias entre ambas situaciones: 350 euros mensuales.
Un panorama nacional general que contrasta con la situación en la capital salmantina, donde el 52% de los anuncios de habitaciones en pisos compartidos explicitan su preferencia por convivir con estudiantes, mientras que el 31% solicitan inquilinos trabajadores; el restante 33% no muestra ninguna preferencia.
La demanda en Salamanca también es más alta por parte de los estudiantes (un 36%) que de los trabajadores (31%) . Y en cuanto a los precios, también se observan diferencias. Aunque alquilar una habitación en un piso compartido varía mucho su precio dependiendo de la zona y el edificio, de media en Salamanca a un estudiante le cobran 260 euros, mientras que la media para trabajadores es de 250; es decir, los precios de alquiler para estudiantes son una media de un cuatro por ciento más alta.
En las grandes ciudades, el porcentaje de habitaciones en alquiler destinado a estudiantes es aún más bajo que la media nacional, ya que solo se ofrecen el 25% en Madrid y el 27% en Barcelona. Por debajo, está la ciudad de Guadalajara (20%), mientras que entre ambas grandes urbes se encuentran Pamplona (25%), Vitoria (25%), San Sebastián (26%), Palma (26%), Castellón (27%) y Logroño (27%). Del resto de grandes mercados destacan Bilbao (30%), Málaga (32%) y Alicante (34%).
Sólo la ciudad de Salamanca ofrece una mayoría de habitaciones para estudiantes (52%) y 8 capitales más superan el 40% de la oferta: Jaén (47%), Cádiz (46%), Granada (45%), Valencia (44%), Oviedo (43%), Valladolid (43%), Palencia y Girona (41% en ambos casos).
Palma es la ciudad en la que existe una mayor proporción de habitaciones para personas trabajadoras, ya que el 62% de la oferta está destinada a ellas. Le siguen Guadalajara (60%), San Sebastián (56%), Soria (55%), Cáceres (55%), A Coruña (54%), Barcelona (54%), Girona (53%), Madrid (53%), Vitoria 52%), Logroño (52%) y Pontevedra (50%). En todas las demás capitales el peso de las habitaciones para trabajadores es inferior a la mitad.
A pesar de la preponderancia generalizada de la oferta no apta para estudiantes, en la ciudad de Tarragona el peso de la demanda de este grupo se sitúa en el 51%, algo superior a la de ciudades como Toledo (41%), Pamplona (40%), Castellón o Vitoria (39%). En Madrid el 35% de la demanda corresponde a estudiantes, mismo nivel que en la ciudad de Barcelona.
Soria es la capital con menor peso de la demanda estudiantil, con apenas un 19%, seguida por Huelva (23%), Girona (25%), Cáceres (27%), Bilbao (28%), Valencia, Lleida o Sevilla (con un 30% en los tres casos). Aún así, en un total de 17 capitales la demanda con opción indiferente es la preferida.
La divergencia entre la demanda de habitación por parte de estudiantes y la oferta disponible en la mayoría de ciudades, genera mayores tensiones en los precios de los pisos aptos para la convivencia estudiantil, en comparación con aquellos destinados a compartir entre personas trabajadoras.
El mayor salto entre una y otra modalidad lo encontramos en Pamplona, dónde las habitaciones para estudiantes son un 14% más caras que las que se ofrecen a trabajadores (una habitación en un piso de estudiantes en la capital navarra cuesta 400 euros, frente a los 350 que cuesta en uno de trabajadores). Le siguen las diferencias de Zaragoza (8% más caros), Palma (8% más caros), Burgos (7%) y Madrid (7%). Por debajo del 5% de diferencia encontramos las ciudades de Sevilla (4%), Salamanca (4%), Valencia (3%), Barcelona (2%), Córdoba (2%) y San Sebastián (1%).
Este fenómeno está muy relacionado con los grandes mercados pero es casi inexistente en 17 capitales, en las que el precio para alquilar de un estudiante y un trabajador es el mismo. En otras 13 capitales los estudiantes encuentran precios más económicos que los trabajadores. La mayor diferencia en este sentido se da en Cáceres, donde son un 26% más baratos, Toledo y León (-11% en ambos casos), así como en Jaén y Las Palmas de Gran Canaria (-8% en las dos ciudades).
Barcelona es la ciudad con el precio de los alquileres para estudiantes más elevados (500 euros mensuales), seguida por Palma (495 euros), San Sebastián (480 euros), Madrid y Bilbao (450 euros en ambos casos). Por el contrario, Cáceres y Palencia son las capitales en las que más económicas resultan las habitaciones para los estudiantes: 200 euros mensuales.
Del mismo modo, Barcelona se sitúa también como la capital más cara para aquellos pisos que prefieren compartir con personas trabajadoras, con una media de 490 euros mensuales. A continuación encontramos San Sebastián (475 euros al mes), Palma (460 euros), Bilbao (450 euros) y Madrid (420 euros). Palencia y Zamora, con un precio mensual de 200 euros, son las más asequibles en este segmento.
Para Francisco Iñareta, portavoz de idealista, “el crecimiento de la oferta de habitaciones no está siendo homogéneo y parece que, una vez más, los jóvenes son quienes mayores dificultades encuentran para alojarse, tanto en lo que a cantidad de oferta se refiere como a pagar precios más elevados en los principales mercados. Del mismo modo, los datos confirman una realidad que hace ya años venimos viendo, que es la complejidad del acceso de muchas personas trabajadoras a la vivienda, lo que les ha empujado hacia los pisos compartidos, hasta llegar a suponer el 50% de la demanda de este tipo de solución.
De mantenerse las políticas sobre el alquiler de los últimos años en un entorno de subida de tipos que dificulta el acceso a la compra, es muy posible que esta tendencia se acentúe en el medio plazo y que la demanda de pisos compartidos por parte de personas empleadas supere ampliamente ese 50%”.
Para la realización de este estudio, idealista ha analizado los anuncios de piso compartido en su base de datos en el mes de septiembre de 2023, utilizando los filtros que la propia base proporciona y el volumen de visitas recibida por estos anuncios en el mismo periodo de tiempo, distinguiendo las visitas recibidas por los pisos que tenían marcado alguno de los 3 filtros (estudiantes, trabajadores o indiferente).