Los libros, como todas las cosas importantes para la humanidad, también tienen enemigos. Lo más triste es que la mayoría se encuentran entre los gobernantes que son los que tienen la obligación de defenderlos precisamente. La historia está llena de bibliotecas que fueron destruidas vilmente, de libros que fueron quemados y de escritores que fueron perseguidos y hasta asesinados por serlo. Las cosas van cambiando, hay que reconocerlo, pero todavía no podemos decir que estas bellaquerías sean prácticas del pasado.
El 27 de noviembre de 2021 fallecía en Madrid una escritora tan importante que su pluma dejó chico a su nombre: Almudena Grandes. El Gobierno Autonómico de La Rioja (PSOE) decidió ponerle su nombre a una de las bibliotecas. Sus lectores lo celebramos. El mejor homenaje que un país puede rendir a sus escritores es ponerles sus nombres a nuestras bibliotecas. Pero poco duró la alegría.
En las elecciones autonómicas de mayo el PP desbancó al PSOE y asumió la gestión de la comunidad. La Rioja tiene los mismos problemas que todas las comunidades autónomas, pero lo más urgente para los nuevos gobernantes, seguramente porque como de costumbre piensan que van a quedarse para siempre, era cambiar nombres. Y ninguno se puso en contra.
En La Rioja, como en todas las comunidades, habrá calles, jardines y centros con el nombre de Juan Carlos I, un rey que ha traicionado a todos los españoles y sobra explicar cómo, cuándo y porqué porque todos lo sabemos, centros escolares, espacios de ocio, etc., con los nombres de las infantas Elena y Cristina, que dicho sea con todo el respeto que merecen por ser personas, lo único que han hecho por este país ha sido vivir muy bien a costa de los ciudadanos, pero a los señores del PP no les ha dado por cambiar estos nombres, el único que les molestaba era el de la biblioteca Almudena Grandes. Y hace unos días nos hacían saber que ya estaban estudiando los trámites para quitarle el nombre.
Como para esto no tendrán que estudiar mucho, la biblioteca Almudena Grandes volverá a llamarse biblioteca de La Rioja, pero al igual que los gobernantes que destruyen bibliotecas, queman libros y persiguen escritores, solamente conseguirán que nuestra Almudena Grandes sea más grande todavía y ellos más despreciables.