Tan lejos y tan cerca, el Canal de Panamá. Lejos, lejísimo, porque, visto desde España, está al otro lado de la mar océana, a 8.292 kilómetros de distancia. Tan cerca, porque, para bien o para mal, durante 321 años aquellas tierras fueron España, hasta que Panamá se independizó en 1821. En ellas quedó el legado cultural y el Castellano como lengua. Pero también cercano por la gran participación española y de españoles en la construcción de tan inmensa obra faraónica como fue la primera fase del Canal de Panamá. A quienes tenemos una cierta edad, aún nos ha llegado, por transmisión oral, la referencia de algún conocido que estuvo trabajando en las obras del gran Canal.
Tan lejos y tan cerca en nuestros días, porque a ambas orillas del Atlántico participamos de los mismos efectos negativos de la sequía. En Panamá la escasez de lluvias amenaza el tránsito por el Canal. En España, el 27,4% del territorio peninsular está en alerta por el déficit hídrico y en un 14,6% hay una escasez severa de agua. Las lluvias torrenciales que, puntualmente, están cayendo en los últimos días, no logran aliviar la falta de agua en toda España, aunque en unos sitios más que en otros. Los embalses del país se mantienen en un 37% de su capacidad de agua acumulada.
Tan lejos y tan cerca, porque la reducción del tráfico naval por el Canal de Panamá afecta a la economía mundial, especialmente a Estados Unidos por el traslado de mercancías del este al oeste. Pero también le afecta a España, aunque un poco menos, debido a que el transito marino de mercancías procedentes de Oriente se puede hacer por el Océano Índico, como hiciera en su día Sebastián Elcano en la primera vuelta al mundo si bien, en este caso, acortando la ruta a través del Canal de Suez, pero eso significa más costes, con su consecuente repercusión en una mayor inflación e inestabilidad.
Normalmente, el tráfico diario por el Canal de Panamá es de un máximo de 38 barcos. Las restricciones por la sequía y la falta de agua no permiten que sean más de 32, por lo que las naves se van acumulando a ambos lados del Pacífico y del Atlántico en las respectivas zonas de fondeo, donde ya se estima que hay un atasco de unos 300 barcos que pueden acumular hasta 14 días de espera para poder pasar. ¿Cuándo se solucionará? A saber, es una consecuencia de la meteorología la falta de agua debido a la gran sequía, que no se sabe cómo evolucionará, ójala termine pronto o se encuentren alternativas válidas para paliar la escasez de agua. Mientras, las subastas para saltarse las colas de barcos esperando para hacer la travesía están por las nubes.
Pero las restricciones por la escasez de agua en torno al Canal no solo afectan al número de barcos que lo cruzan, también afectan a la carga que transportan, debido a la obligada reducción del calado o parte sumergida de los barcos, por falta de agua y que ha pasado a ser de 44 pies frente al máximo de 50. Lo que implica que los buques han de pasar con menos carga, con lo que se reducirá el volumen de 500 a 510 millones de toneladas de carga que, según datos de la administración del Canal, transitan anualmente por el mismo. Consecuentemente, se reducirán los ingresos del Canal por peaje y, en la misma medida, del Gobierno y del pueblo panameño.
Hoy en día, el paso por el Canal de Panamá evita unos 20 días de navegación hacia el sur y otros tantos hacia el norte. Ubicado en el punto más estrecho del istmo de Panamá, el Canal mide 80 km. Con su inauguración el 15 de agosto de 1914 se estableció la comunicación interoceánica entre los océanos Atlántico y Pacífico sin tener que dar la vuelta por el Cabo de Hornos, como tuviera que hacer en su día Magallanes y su expedición, buscando otras rutas hacia Oriente. La apertura del Canal facilitó el comercio, dinamizando el tránsito de mercancías y favoreciendo el crecimiento económico, por sus características de ser una vía corta y de bajo coste en relación con otras rutas más largas.
Afortunadamente, las restricciones por la falta de agua debido a la sequía que ha originado los bajos niveles de los dos lagos artificiales que abastecen al Canal, el Gatún (1913) y el Alhajuela (1935), no afectan a la ampliación del Canal que está operativa desde junio de 2016, porque esta tiene un sistema distinto de gestión del agua que permite mantener su promedio diario de circulación. La ampliación ha supuesto la mayor obra de ingeniería del siglo XXI llevada a cabo por Sacyr, como líder del proyecto y otras 73 empresas españolas de diversas especialidades subcontratadas, que contaron con la colaboración de más de 10.000 trabajadores de 40 nacionalidades distintas. Un hito de la ingeniería de infraestructuras. El Canal de Panamá, tan lejos y tan cerca.
Es difícil hacer un resumen del verano meteorológico que ahora termina. Caracterizado por las sucesivas olas de calor, especialmente en el sur de Europa, los tremendos incendios, a la vez que devastadoras inundaciones debidas a lluvias torrenciales como las vividas en Grecia y Libia donde, al cierre de estas líneas, se dice que hay unos 7.000 fallecidos pero que podrían llegar a 20.000, más de 10.000 desaparecidos y 30.000 desplazados. Efectos del cambio climático que ponen de manifiesto su impacto en el turismo y en la economía mundial, cuyo botón de muestra analizamos hoy aquí con el Canal de Panamá.
Les dejo escuchando La Ruta Que Brilla:
https://www.youtube.com/watch?v=oPMzAp-E5ao&t=9s
Aguadero@acta.es
© Francisco Aguadero Fernández, 15 de septiembre de 2023