TOROS
Actualizado 10/09/2023 22:11:47
Fermín González

El extremeño abrió la Puerta Grande tras cortar tres orejas

El toro, es el único que puede convertir un hecho banal en dramático. Cuando la lucha con el toro es un espectáculo mayor, una de las obligaciones esenciales del torero es la de emocionar al público y conseguir con la expresión de su arte mover directamente sus sentimientos, sus corazones y sensibilidades. Es decir, hacerlo vibrar, ponerle los “pelos de punta”, arrancarle el olé seco y rotundo, que no puede reprimir su garganta. Claro, el toro debe estar en la arena, en cuanto se reduce el peligro, o no existe más que como mera ficción, esta sensación se marchita y pierde toda su originalidad. Y es que un torero sin toro, queda reducido a muy poquita cosa.

Hoy, estimo que se presenta un cartel un tanto repetido, atípico, como de compromiso, pero atractivo, no de relumbrón, pero si para el aficionado más cabal. Perera, que es un torero de mucho peso, y con buena sintonía con esta plaza. Su veteranía hace abrir los carteles para toreros más bisoños, que ven en el extremeño una referencia en el escalafón. Tal es el caso de este que trenza la tarde Manuel Diosleguarde, que debe servirle de estímulo, y dar un portazo en esta plaza, tras un proceso grave trata de abrirse paso y volver a la senda. Leo Valadez, un torero mexicano, que evidentemente es una recomendación del tanto por ciento BMF. Lo dicho un cartel más de aficionado que del publico ferial, y que a servidor le apetece ver. A esto le unimos los toros de Vellosino, muy ponderados en el desenjaule. Y aquí termina lo teórico:

Perera sorteó un primer toro flojo que toma una vara sin clase, saluda Curro Javier, con buenos pares, el animal soso, aunque sin mala condición, lo metió en faena con cadencia, buena técnica y colocación pero que apenas transmitía, le fue consintiendo, y tirando de la aplomada embestida exprimió con fundamento siempre muy por encima del animal, cerró con reunidas bernardinas, mató de entera caída y tras aviso y descabello le otorgaron la oreja del público. Pero lo realmente brillante de la tarde se completaría en su segundo oponente, un toro acapachado con pitones escobillados, que tomó una vara empujando, que se empleó en banderillas e hizo saludar a la cuadrilla, apareció un torero dominador, y poderoso con la muleta, que estuvo a la altura de un animal boyante y repetidor, que manejó con mucho fuste el engaño por ambos lados y que remataba las suertes con clasicismo y empaque. Perera le enseño bien los caminos al Vellosino, con tono mandón, seguro jugando los tiempos, definiéndose de un torero de referente maduro, necesario en el escalafón, y tras pinchazo y entera hasta las cintas cosechó dos orejas rotundas y vuelta al ruedo para el cadáver de un animal aspirante al oro.

El convidado era el mexicano Leo Valadez, cierto no tuvo enemigos blandos vencidos por ambos pitones cabeceando los engaños incierto y peligroso el primero de su lote, siempre cortando la embestida incluso peligrosa. Puso tesón sin recompensa silenciada su labor. Y lo mismo podíamos decir de su segundo oponente flojo, parado en banderillas y aunque más dispuesto si cabe fue tirando de un animal negado, medias embestidas, desclasado e incierto volvió a mostrar las cualidades del animal y tras dos pinchazos, fue silenciado.

Manuel Diosleguarde, tercero en la tarde de hoy, podemos decir que fue todo corazón, y que puso de su parte cuanto había que poner. En su primero, un animal que no se empleó de capa, que empujó en una vara y complicado en banderillas, lo pasó de muleta con mucho reposo, buena colocación y depurada técnica, pero logra arrancarle series de muy buen tono, no se rindió Manuel ante los inconvenientes y siempre quiso y pudo, una faena seria, consistente e inteligente, bien rematada. Mató de entera perpendicular, y con aviso y descabello se le pidió oreja. Salió muy dispuesto en su segundo y último de la tarde, le plantó cara, buena serie a derechas, le fue consintiendo, aguantó los cabezazos del bruto, se mostró capaz y valiente cuando no llegaba a tomar altura la cosa, se metió en cercanías y en esas estaba cuando el animal colapsó y se le paró el corazón, murió sin entrar a matar, y cosechó una gran ovación.

Ficha del festejo:

Cerca de media plaza, buena temperatura, ligera brisa y relente a la sombra.

Toros de Vellosino. De irreprochable presencia, flojos y sin clase; 2º 5º y 6º pitados. De buena condición, pero cortos 1º y 3º sobresaliente y 4º de vuelta al ruedo.

Perera: Oreja y dos orejas.

Valadez: Silencio y silencio.

Diosleguarde: Oreja y ovación.

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