"El alma de una comunidad se mide en como logra unirse para enfrentar los momentos difíciles, de adversidad, para mantener viva la esperanza".
(Papa Francisco)
He tenido la ocasión de leer y seguir algunos de los discursos del Papa Jorge Mario Bergoglio. Un Papa que, para muchos, se ha desenvuelto, entre la apabullante sinceridad, y para otros muchos en un peligroso «antisistema». Y sin embargo he recopilado de esos discursos, una buena cantidad de frases, pensamientos e ideas de este Francisco Papa argentino, que comienza a renquear de salud, pero que a mi modo de entender posee una privilegiada capacidad de crítica y una cercanía hacia los problemas de la humanidad, que no le importa reconocer también los pecados de su Iglesia.
“La escandalosa concentración de la riqueza global es posible a causa de la complicidad de los responsables de la cosa pública con los poderes fuertes”.
Llamó, además, a acabar con “la tiranía” del dinero y “la dictadura de una economía sin rostro ni verdadero objetivo humano”. ¿Saramago? ¿Hessel? ¿Sampedro? Casi. No, el Papa Francisco.
“El corrupto no puede aceptar la crítica, descalifica a quien la hace, busca disminuir cualquiera autoridad moral que pueda cuestionarlo”, incluso ataca con insultos a todo el que piense diferente y si puede lo persigue, denunció. «El corrupto no conoce la hermandad o la amistad, sino la complicidad y la enemistad”.
Sobre la corrupción: “se ha vuelto natural, al punto de llegar a constituir un estado personal y social ligado a la costumbre, una práctica habitual en las transacciones comerciales y financieras, en las contrataciones públicas, en cada negociación que implica a agentes del Estado. Es la victoria de la apariencia sobre la realidad y de la desfachatez impúdica sobre la discreción honorable”.
El Papa también se refirió a la corrupción dentro del sistema judicial al denunciar las sanciones selectivas. “Es como una red que captura solo los peces pequeños, mientras deja a los grandes libres en el mar”, indicó.
“Las formas de corrupción que se necesitan perseguir con mayor severidad son aquellas que causan graves daños sociales, sea en materia económica y social – como por ejemplo los graves fraudes contra la administración pública o el ejercicio desleal en las administraciones – como en cualquier tipo de obstáculo que interfiere al ejercicio de la justicia con la intención de procurar la impunidad de los propios delitos o de terceros”, expreso.
Los pocos ricos son cada vez más ricos mientras la mayoría se debilita debido “a la deformidad de la economía y las finanzas”. ¿Pablo Iglesias? No, el Papa Francisco.
“El ser humano es considerado un bien de consumo que se puede usar y tirar. Hemos comenzado una cultura del descarte” ¿un exaltado populista? No, el Papa Francisco.
Comparó la situación con la adoración del becerro de oro en la antigüedad, “que ha encontrado una nueva y despiadada imagen en el culto al dinero y en la dictadura de una economía” que “no tiene rostro y carece de cualquier objetivo verdaderamente humano”.
Ha acentuado los desequilibrios que favorecen a las rentas de una minoría “de manera exponencial”, que a su vez son provocados “por las ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera”. Estas ideologías “niegan el derecho de control de los estados, encargados de salvaguardar el bien común”, afirmó en tono duro el Papa argentino. Se ha instaurado una nueva tiranía que impone de forma unilateral y sin remedio “sus propias leyes y reglas”.
La ética “también molesta, como la solidaridad. Se las considera contraproducentes: demasiado humanas, porque relativizan el dinero y el poder. Rechazan la manipulación y el sometimiento de la persona».
“El dinero debe servir y no gobernar”, agregó. Si no, “es la negación del primado del hombre”. Un Papa, que recientemente a congregado a miles de jóvenes, en la vecina Portugal, que es aclamado y respetado en el mundo, pero esta demostrado, que sus consignas, sus afirmaciones, sus mensajes, incluso sus suplicas, no le llegan a los magnates, gobiernos, mercaderes testaferros, traficantes de almas y algún obispo, o capellán descarriado… Sera un milagro amigo Francisco, que alguien te tome en cuenta… Están a otra cosa, entre ellas, contando dinero… Dios les ampare… O no…
Fermín González salamancartvaldia.es blog taurinerías