El Centro específico de Atención ambulatoria a Drogodependientes de Cruz Roja, es referente en Salamanca atendiendo a unos 450 usuarios
El Centro específico de Atención ambulatoria a Drogodependientes de Cruz Roja, es un centro pionero y referente en Salamanca y provincia, que atiende en la actualidad a cerca de 450 usuarios. En el año 2022 se atendieron a 428 personas, de las cuales 108 eran nuevas. Las cifras han aumentado, aunque cabe destacar que cada vez hay una mayor concienciación en los centros de salud y los médicos de familia pueden derivar al paciente hasta aquí si tienen sospechas.
Cuenta con la subvención de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León y su origen se encuentra en la preocupación existente en los años 80 y 90 por el consumo de heroína y los dramas familiares hizo que Cruz Roja abriese centros ambulatorios de atención a personas drogodependientes en todo el país. El centro de Salamanca abrió sus puertas en 1991, de la mano del Comisionado para la Droga de la Junta de Castilla y León, en los bajos de la Plaza de San Vicente para dar atención a todas esas personas enganchadas a las drogas, sobre todo cuando los gobiernos y las Fuerzas de Seguridad comenzaron a actuar para cortar el tráfico de estupefacientes.
En la actualidad, trabajan en función de un Plan Nacional de drogas, que a su vez tiene un plan regional a nivel autonómico. La enfermera del CAD, Vega Patricio, explica que seguían “por la guía de procedimientos donde ya están marcados los objetivos. Luego podemos decir con cada una de las personas ya objetivos concretos”. A nivel general tres son los objetivos principales, marcados por la Junta de Castilla y León: propiciar el acercamiento de los drogodependientes a la red, mejorar el grado de control asistencial y la adherencia al tratamiento con una perspectiva de género (al final las personas, las mujeres que vienen ya seguramente en unas condiciones muchísimo peores, porque les cuesta mucho más llegar) y el otro de los objetivos es, por supuesto, lograr la abstinencia.
Los usuarios cuando llegan al centro lo hacen en diferentes grados de dependencia, pues cada caso en diferente. A este centro puede acudir cualquier persona, tenga o no papeles o tarjeta sanitaria, y la atención es gratuita.
“Los diagnósticos que se hacen aquí son en función de la clasificación internacional de enfermedades, que esta es la CIA 11, si son de consumo de sustancias, digamos, pero en distintos grados, en patrón de abuso, en patrón de dependencia, etc. Hay usuarios que vienen sin intención de dejar el consumo, porque no lo reconocen como algo problemático. Luego hay usuarios que sí que saben que esta situación les genera un problema social en su día a día, y vienen porque ya no pueden más”, añade. Como con cualquier otra patología mental u orgánica, es fundamental una aceptación por parte del usuario. “Una persona no va a seguir un tratamiento si no está seguro de que estás enfermo. Tienes que asumir que en ese momento no estás bien, que necesitas una ayuda, un apoyo y tienes que ser tú el que haga el trabajo como paciente, lo que pasa es que muchas veces no hay apoyo social, ni apoyo familiar, no hay recursos económicos y cuesta un poquito más dar el paso. Al final los usuarios son los que hacen el 90% del trabajo”.
En el centro se guían por un circuito para atender a los usuarios. Pueden llegar de manera propia o derivados de otros servicios. “Se hace una primera acogida en la que se hace un registro de demanda y después se empieza a trabajar con ellos. Les empezamos a ver los distintos profesionales (un especialista de medicina, trabajo social, enfermería, auxiliar de enfermería y dos psicólogas) y ponemos todo en conjunto, para así realizar un plan individual”, explica.
Tienen usuarios de todas las edades, desde menores de edad a mayor de 60 años.
La enfermera Vega Patricio trasmite que hay que tener claro que “estas patologías adictivas, tanto de sustancia como las comportamentales, no se curan. Pero si existe un tratamiento y una deshabituación, una desintoxicación para aprender a vivir con ello”.
Cuando los pacientes reciben el alta es porque los profesionales “consideramos lleva el suficientemente tiempo abstinente que no ha vuelto a hacer ningún consumo puntual”. Hay usuarios que recaen, por ello también trabajan en la prevención.
Cabe destacar que muchas personas se mantienen abstinentes el resto de su vida. El apoyo de las familias y de los seres queridos es fundamental, pero en muchos casos no hay.
Con sede en Salamanca, una vez a la semana realizan salidas a la provincia con el fin de atender a los usuarios que así lo necesiten en el ámbito rural, y que tengan mayor dificultad para poder desplazarse hasta la ciudad. Algo que “cuesta mucho porque no podemos trasladar las actividades que hacemos aquí de manera presencial”, pero, aún así, intentan abarcar lo máximo posible.
Para ello, tienen dos rutas. Por un lado, la de Béjar, haciendo paradas en varios pueblos hasta llegar a Guijuelo, donde tienen sede. La otra ruta es la de Ciudad Rodrigo, lugar al que van a su sede directamente. En este caso, el perfil de los usuario tsambién es muy amplio y variado, aunque destacan muchos jóvenes.
Sin embargo, el objetivo final por el que trabajan desde el CAD es para conseguir esa vida lejos de las sustancias ileglaes.
Para cualquier información, el CAD se ubica en la sede de la Cruz Roja (calle Cruz Roja 1) y que pueden contactar en el 923 22 18 34 – 923 22 10 32 y en toxicomanias@cruzroja.es.