En el salón de actos fue visionado el trabajo ‘Aquí no pasó ná’ de Gonzalo Mateos Benito
Por iniciativa de la Asociación Cultural Documentación y Estudio de El Rebollar, durante la tarde del viernes tuvo lugar el habitual homenaje anual a las personas asesinadas en Robleda como consecuencia de la sublevación franquista contra la República en 1936. El homenaje de este año traía una novedad: la proyección de forma previa de un documental en el salón de actos del Ayuntamiento, donde se congregó un notable número de vecinos, entre ellos el alcalde José Luis Varas.
El documental visionado se titula Aquí no pasó ná, un trabajo del historiador, antropólogo y documentalista Gonzalo Mateos Benito que explica durante 70 minutos la represión franquista en la provincia de Salamanca empleando testimonios, entrevistas y documentación gráfica, con los cuales se aporta luz a unos hechos ignorados en la historia local hasta principios del siglo XXI.
Desde el punto de vista de Documentación y Estudio de El Rebollar, este documental, que incluye imágenes de personas y espacios de memoria en las localidades salmantinas donde hubo más represión, constituye “un relato descriptivo y discursivo que deja al desnudo el mito propagandístico del postfranquismo oficial y se han tragado, sin escrúpulos, casi todos los ‘grandes’ historiadores españoles de la guerra civil y la dictadura”, considerando que debería ser “de obligada proyección” en los centros de secundaria de Castilla y León.
Finalizada la proyección, tuvo lugar el homenaje propiamente dicho, en el monolito que repasa sus nombres, a las víctimas que dejó la represión. Como apuntan desde Documentación y Estudio de El Rebollar, ya que no quedan ‘archivos vivientes’, es decir, informantes nacidos antes de 1936 con capacidad mental y anímica para testimoniar sobre su propia condición de represaliados (directos o indirectos) y la de su entorno familiar o vecinal, pero sí asistieron ‘novicios’, nietos de ejecutados extrajudiciales.
Para Ángel Iglesias Ovejero, la participación en el acto (asistieron unas 60-70 personas) es de por sí “una contribución muy importante a la defensa de la ‘memoria histórica’” y a la denominada Ley de Memoria Democrática, considerando que en el actual contexto socio-político “está en grave peligro de ser borrada, dentro y fuera de la Comunidad de Castilla y León, por la osadía de quienes no son demócratas y la timidez de quienes no se atreven a serlo con todas sus consecuencias”.
Durante el acto se dio lectura a la relación de represaliados, tras lo cual hubo una ofrenda floral, seguida de la interpretación por parte del tamborilero Pablo Martín García de una composición personal, así como de la tonada de la canción Que rompan la Jesa Arriba (con la que algunas de las víctimas de la represión y otros vecinos republicanos reclamaban la aplicación de la Reforma Agraria).